Consultas médicas
Aparte del trato poco grato de algunas secretarias, algunas consultas médicas dejan bastante que desear. Los pacientes deben esperar todos hacinados y con suerte tienen una revista que leer.
Cuesta creer que en algunos médicos no tengan la más mínima preocupación por sus pacientes (ganan suficiente dinero para comprar un televisor), sobre todo cuando deben armarse de paciencia para esperar largas horas.
Ah, y sin contar que el médico nunca llega a la hora, por lo que la espera se transforma en algo más angustiante.
Juan Pablo Riquelme
Empleadores
La carta del lector, señor Marcos Concha, con el título Reyes Midas, se refiere al final de ella a tres distinguidos empleadores a nivel internacional.
Señala que pierden su tranquilidad porque deben estar de cabezas las 24 horas del día para justificar cada uno de sus pasos financieros a otros.
Permítame pensar -pienso luego existo-, cuántos empleos proporciona solamente una de esas personas empleadoras?
Cinco mil, diez mil, quince mil empleados tienen en sus empresas?
Y cada uno de esos empleados no tiene una familia detrás?
¡Por Dios! Ojalá tuviésemos mil empleadores Midas.
Cuando leo en la prensa que el Transantiago ha recibido quince o dieciséis mil millones de dólares (US$ 16.000.000.000.-) desde que fue inaugurado para el mejor transporte público, y comparo con lo que realizan esos tres empleadores, itero mi frase anterior: Ojalá tuviésemos mil empleadores Midas.
Finalmente, no conozco en forma personal a ninguno de esos empleadores Midas; nunca he trabajado en alguna de sus empresas conocidas; nunca he estado físicamente cerca de ellos. Solamente admiro la inteligencia y capacidad que tienen para administrar sus bienes y dar trabajo a tantos miles de personas.
Finalmente, supongo que en base a las actividades que han desarrollado esos empleadores, ellos no forman parte de los que desean ser los muertos más millonarios del cementerio, porque ahí si que existe la igualdad. No hay otro lugar ni circunstancia. Es la realidad.
Carlos Escobar
Nada de nada
Deseo manifestar mi malestar e inseguridad como ser humano, al ver y saber cómo hemos sido sobre pasado por la delincuencia, y por supuesto tema obligado en la conversa diaria con familiares y amigos.
En realidad uno observa tranquilo en su domicilio a través de los medios de comunicación, los robos de vehículos y a domicilios particulares.
Pensé que nunca me pasaría a mi o a la familia, pero estaba completamente equivocado, el día martes 14, aproximadamente a las 19:00 hora fue robado nuestro vehículo estacionado frente a nuestra puerta de la casa ( Toyota Rav 4 placa DDXP -18 Color rojo) y en una avenida muy transitada por ciudadanos y tranquila. (Debo precisar que han robado tres veces y no hay culpables)
Realicé la denuncia al fono de emergencia 133, y de verdad llegaron rápidos los Carabineros, tengo que destacarlos, pero hasta la fecha de hoy nada de nada. Pregunto día a día y la respuesta es la siguiente " si señor el vehículo está encargado a todo el país, pero nadie nos ha dado información del vehículo, cualquier cosa le avisaremos a su número de celular".
Tanto preguntar he salido a recorrer los sectores aledaños que rodean la ciudad de Calama, y más grande es la sorpresa, veo terrenos completamente tomados, con cercos perimetrales y una bandera chilena, eso me trae algunos recuerdos, pero no es el tema de esta carta, terrenos que son una verdadera bodega de desarme de vehículos, carcazas de vehículos. ¿Quién controla eso, hay algún chequeo de identidad, registros, permisos para trabajar en ese rubro y para qué decir de los basurales que rodea a esta ciudad de Sol y Cobre.
Creo que alguien no está haciendo su pega. La delincuencia llegó para quedarse, vivimos encerrado, y para qué decir nuestro centro de Calama, verdaderas cocinerías, locales comerciales con los maniquíes obstaculizando el tránsito peatonal, doy mi apoyo a las personas extranjeras , que ven esta ciudad como una manera de sobrevivir y trabajar, pero también debemos ser más fuerte en la fiscalización.
No podemos aceptar delincuentes o personas de malas costumbres. Eso hay que controlarlo. Estoy seguro que si a algún senador, diputado, fiscal o juez, le hacen lo que a mi familia ha vivido, estoy seguro que cierran la frontera y el máximo de recursos, pero por favor ayuden al ciudadano común y corriente.
Cómo es posible que no encontremos a los culpables de muertes, robos, o que se roben tres o cuatro camiones de alto tonelaje y nada de nada.
Víctor Olave Olate, C.I. 8.280.801-9