Para honrar a nuestros trabajadores, debemos reconocer la importancia de nuestra labor, trabajar en un Hospital implica por un lado, la posibilidad de servir, crecer profesionalmente en los múltiples roles de esta industria compleja, donde se comparte la dicotomía de la vida, la alegría incontenible, el dolor y la muerte, donde se ve manifestada la esperanza, matizada por el dolor constante del que sufre o el que busca consuelo. En ese mar nos movemos, con más incertidumbre que certezas, con más ganas que recursos -en esta querida ciudad- en un escenario de inconmensurable belleza, de soledades esculpidas por el viento eterno y musical, que talla los cerros desprovistos, refresca las tardes eternas, matizada de grises imposibles, calcinando brotes insolentes, que acompañan el milagro del agua en su recorrido eterno surcando la tierra.
En esta pampa fértil, donde sembrar es siempre un acto de fe, donde todo cuesta más y sus frutos son más valorados, navega este barco por aguas crispadas hacia una mar más sereno donde poder navegar, he aquí su tripulación más preciada, la de las rutas imposibles, las que remaron cuando el viento evitaba nuestras velas, la de la carga más pesada y cuando la tierra era lejana, la tenaz alquimia de sus manos soportaron este viaje, a esta isla del Desierto, donde hoy después de tantos viajes, desembarcaremos por última vez, dejándolos en tierra firme, que los recibe orgullosos y agradecidos de su esfuerzo, de los miles de días y noches de una vida entregada al trabajo, para continuar este viaje a otros mares, con otros marineros que aprendieron de sus viejos.
Marineros Catalina Rivera Córdova, 19 años de servicio; María Camacho Romero, 19 años de servicio; Irene Calazana Alba, 23 años de servicio; Erika Paniagua Vía, 27 años de servicio, Silvia Cabrera Calcina, 38 años de servicio, Guillermina Álvarez Abasto, 38 años de servicio; Patricia Astudillo Silva, 28 años de servicio; Rosa Rojas Castillo, 39 años de servicio; Georgina Amaya Muñoz, 38 años de servicio; Alicia Vicencio Bugueño, 43 años de servicio y Juana Martínez Miranda, 47 años de servicio .
Todos ellos orgullosos por este viaje y el trabajo cometido, reciban el abrazo emocionado y agradecido de este marino vestido de capitán formado en los mismos mares y que espera en algún otro puerto desembarcar y sentir también el orgullo del trabajo realizado.
Dr. Patricio Toro Erbetta,
Director del Hospital "Carlos Cisternas"