Años atrás, como en casi todo el país, la ciudad de Calama era una urbe tranquila, donde se podía desplazar sin mayores riesgos; donde las familias podían caminar seguras. En la actualidad, la situación ha cambiado, y se pueden apreciar a diario hechos delictuales en casi todos los sectores residenciales, sin excepción, con robos, asaltos, intimidaciones, agresiones, al mismo tiempo que crece el consumo de droga y alcohol en la población joven.
Pero en estos últimos días fuimos testigos del brutal ataque sufrido por un carabinero de civil cuando regresaba a su hogar, que tras ser reconocido por los delincuentes lo agredieron con mayor rudeza.
Nuevamente el nombre de uno de los autores, está ligado a una de dos familias conocidas en el ambiente delictual y entre las policías, por sus constantes delitos y tráfico que cometen en la ciudad.
Es más, hace dos meses el suboficial asaltado había detenido a uno de los integrantes de esta familia que ahora lo atacó y está prófugo.
Y si recordamos lo sucedido el 16 de marzo, dos ciudadanos extranjeros en una moto dispararon a quemarropa a un transeúnte en calle Latorre, en pleno centro de la ciudad, escapando y refugiándose en casa de uno de los miembros de esta familia dedicada a cometer delitos en la ciudad.
Ahora en el reciente ataque a un carabinero, también está involucrado un ciudadano extranjero que junto a miembros de esta familia atacaron al policía, que debió ser trasladado hasta Santiago por sus lesiones.
La comunidad se pregunta por qué si se conocen estos nexos que se están generando entre delincuentes nacionales y extranjeros en la ciudad, no se realiza una investigación más a fondo para desbaratar a esta banda que ha formado una verdadera organización criminal y que se atreve atacar hasta un policía.
No podemos permitir que la ciudad sea dominada por la delincuencia y se debe realizar más trabajo investigativo para aclarar estos hechos y dar con todos los autores.
Es vital recuperar esa ciudad tranquila que conocimos años atrás, y sin delitos de mayor connotación que traen preocupación a la comunidad.