Un nuevo revés, en su camino por ser aprobada, sufrió la ley que permitirá la elección directa y universal de los intendentes, los que pasarán a llamarse gobernadores regionales. Este nuevo tropiezo, surgió tras la habitual reunión del comité político de la Nueva Mayoría, en la que tres partidos (PR, PPD y PS) se mostraron proclives a aplazar la elección hasta el 2020, en contraposición a lo planteado por la DC, cuyos representantes pidieron al gobierno que acelerara la aprobación de este proyecto.
La razón que se esgrime hoy, es que la decisión de la DC de llevar a primera vuelta su candidata presidencial, impide generar acuerdos para la designación de los representantes del bloque en la elección regional, lo que favorecería directamente a Chile Vamos.
Un crudo análisis político y que puede tener asidero, porque la NM al llevar dos listas en la carrera regional, favorecerá claramente a sus oponentes. Y ante este inconveniente, sugieren que lo mejor es la postergación de este tipo de elecciones.
Lo que se lamenta en regiones es que en ningún momento se propone alguna fórmula de acercamiento y todo queda en una determinación prácticamente de castigo para la DC, por su tozudez de llegar sola a primera vuelta.
Vistos los antecedentes, el que debiera llamar a alinearse con la elecciones este año, es el candidato presidencial Alejandro Guillier, quien precisamente fue proclamado por los partidos que hoy se oponen a lo que muchas veces planteó el mismo senador por Antofagasta.
Es en este momento que Guillier debe demostrar manejo político y liderazgo en la NM, condiciones que son básicas para quien sea candidato presidencial de un determinado bloque.
De no hacerlo su condición quedaría muy deteriorada, porque la sensación generalizada será que no cuenta con el suficiente poder de convencimiento para llamar al orden, lo que hace dudar sobre sus dotes de gobernante.
Esta es una suerte de la prueba de fuego para Guillier, que necesita hacer respetar sus afanes regionalistas en su coalición para cumplir con su discurso regionalista.