Al celebrarse el día del patrimonio, vuelvo mis ojos y veo que vivimos ignorándolos al pasar, valiosos patrimonios dejados por nuestros antepasados. Por las calles de tierra y piedras que caminamos, fueron en siglos pasados, parte del Camino del Inca desde el Cuzco.
Aquí y Alto del Loa nuestros antepasados dejaron sus dibujos señalizando caminos, lugares para descansar, presencia de alimentos, agua dulce etc. hoy mostrados por el señor Osvaldo Rojas, fundador del museo de Calama.
Si revisamos nuestra historia desde cuando llegaron los españoles, sacerdotes y cargadores indígenas encontraron que Calama era muy helada, emigrando a Chiu Chiu, dejándonos la Iglesia del siglo XVII la más antigua de Chile. Es bella con muros de un metro, techo de chañar, algarrobo y cactus asentado con cuero y una capa gruesa de barro y paja.
Aquí se escribió el "Libro de Ojas", el más antiguo de Chile, con inscripciones de bautismos, matrimonios, defunciones, de vecinos y personas de color. En 1616 aparecen detallados: ornamentos, objetos sagrados, campanillas, campana del campanario, crucifijos imágenes,
Un libro similar de San Pedro de Atacama existe en la catedral "San Juan Bautista" de Calama, erigida por monseñor Luis Silva Lezaeta, 104 años atrás. Fue declarada Monumento en 1951 y radiante hoy muestra su techo y torre de cobre chuquicamatino y de Radomiro Tomic. En su interior hay dos ángeles del siglo XIX, pintura que habían sido tapadas en 1894, y un órgano del Cuzco de 1776.
Poco se enseña del patrimonio en los colegios, no existen libros de historia comunal en sus bibliotecas. Sólo los que leen diarios y ven televisión sabrán que la Iglesia "El Salvador de Chuquicamata" está celebrando 100 años. Existe una foto del cura párroco de entonces, orgulloso abriendo la puerta de la nueva Iglesia. Y otro párroco el padre Olivé cerrándola, acompañando a sus feligreses a Calama.
Regresando, recientemente donde fuimos bautizados, aprendimos las primeras oraciones, cantamos en el mes de María y cada sábado siendo niños acudíamos a recoger monedas, que lanzaban en bautizos y matrimonios, los padrinos.
Nancy Monterrey Caro,
Escritora chuquicamatina