La semana recién pasada y a pocos días de conmemorarse un nuevo Inti Raymi, Likan Antai, We Tripantu, Machaq Mara, Aringa Ora o celebración del año nuevo indígena, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que crea los consejos de pueblos indígenas y el consejo nacional de pueblos indígenas en nuestro país.
Los Consejos de Pueblos Indígenas serán entidades de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, de carácter autónomo, representativos, participativos y de consulta; y contarán con atribuciones resolutivas, facultativas, y vinculantes, sobre su propia orgánica y cuyo objeto será representar los intereses, necesidades y derechos de cada pueblo ante los organismos del Estado, constituyendo una instancia de participación en todos los ámbitos de la política pública, y en particular, respecto a los procesos de consulta y participación de los pueblos indígenas de acuerdo al Convenio N° 169.
Por su parte al Consejo Nacional de Pueblos Indígenas, le corresponderá la representación de los intereses, necesidades y derechos colectivos de los pueblos indígenas en su conjunto.
No hay duda que este proyecto permitirá a nuestro país y su institucionalidad avanzar hacia el camino de la integración y el reconocimiento, es un camino largo y sabemos que no estará exento de dificultades, sin embargo, es un puntapié inicial para comenzar la discusión sobre el Estado que queremos a través de su multiculturalidad, con el fin de elaborar políticas públicas con las comunidades y para las comunidades, darles autonomía, determinación sobre sus tierras y reconocimiento real.
Ello se condice además con el anuncio de la Presidenta Bachelet sobre el envío al Congreso Nacional de un proyecto de ley que establezca como día feriado el 24 de junio de cada año, a fin de celebrar el Día de los Pueblos Originarios y conmemorar nuestras raíces, nuestras costumbres y nuestro patrimonio ancestral, junto con la fiesta del dios sol.
Soy representante de una zona cuya historia, costumbres y forma de vida, vienen de una sociedad indígena que ha engrandecido por siglos la región. Su cultura, su desarrollo, sus creencias y tradiciones han hecho del Norte Grande y de su gente, un lugar único y no puedo sentirme más orgulloso de ello, tengo la convicción de que esta nueva institucionalidad traerá consigo la anhelada autodeterminación de nuestros pueblos.