Siempre se supo que el problema de los perros callejeros en la ciudad es un tema grave, que está lejos de poder solucionarse si no hay políticas claras en torno a la tenencia responsable de mascotas en nuestro país.
En Calama, la situación se torna preocupante porque el Albergue Municipal ya colapsó y no puede albergar más perros. Y si uno mira las calles, estas sigue llenas de canes que deambulan por la ciudad en busca de abrigo y comida. Mientras tanto, el albergue sólo está ofreciendo atención médica, esterilizaciones y controles primarios para determinadas patologías.
Este es un problema de nunca acabar, porque no es suficiente con un albergue y esterilizaciones, se necesita poder controlar el crecimiento de la población de mascotas, censarlas y sancionar a quienes se deshagan de ellas sin tener alguna justificación para hacerlo.
Muchas personas siguen abandonando perros en las calles o los van a tirar muy lejos como si eso fuese una solución. Además tampoco se ha podido esterilizar a todas las hembras de esta especie que andan en la calle, por lo que la población sigue creciendo sin control.
Además, no existe ninguna voluntad de la población por contribuir con este problema, al extremo que se ven perros de razas que son abandonados en la ciudad.
La campaña de adopción tampoco es exitosa, porque son muy pocas las personas que reciben a alguna mascota que no sean de raza.
Es urgente la creación de leyes que puedan frenar la irresponsabilidad de los dueños que abandonan y dejan a su suerte a los perros que han adquirido en algún momento y que hoy no son capaces de seguirlos cuidando.
Calama sigue teniendo cerca de ocho mil ejemplares de perros, de los cuales más de la mitad deambula por las calles y apenas unos 300 viven en el albergue.
Es necesarios decisiones más fuertes para poder resolver este problema.