Pablo Orellana G.
Fijada para la tarde de ayer y en completa solemnidad el Tribunal Oral en lo Penal de Calama sentenció a cadena perpetua a Cristian Riquelme Araya, responsable de la muerte de su hijo Mateo (2), en diciembre del año 2014, configurando el delito de parricidio consumado.
Durante la lectura de la sentencia, en la que los magistrados Danilo Andueza, Francisco Fuenzalida y Rodrigo Cartes, estuvo presente el único acusado de este crimen, quien escuchó atentamente este fallo que lo priva de libertad de por vida.
Al igual que en el veredicto que decretó culpable a Riquelme Araya, no hubo grandes manifestaciones de repudio al actuar de quien dio muerte al pequeño tras golpearlo con un objeto contundente y que agonizó, provocándole la muerte.
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Sin mostrar muchas emociones, Cristian Riquelme escuchó atento la sentencia, y sólo se comunicó con el equipo de la Defensoría que le representó durante estos dos años y medio que duró la investigación, la que incluyó el juicio oral en su contra y que derivó en la sentencia que ayer lo obliga a cumplir con cárcel efectiva su responsabilidad por le delito de parricidio.
Tampoco hubo expectación social por esta condena, y pese al dispositivo policial de Carabineros por garantizar el orden y seguridad en las afueras del Juzgado de Familia, no asomaron protestas ni manifestaciones que repudiaran a Cristian Riquelme, ni protestas ante un fallo que podría ser adverso para los querellantes, entre estos la Fiscalía, el Servicio Nacional del Menor (Sename), el abogado patrocinante de la madre de Mateo, Karen Tejada.
Conformidad
Conocida la sentencia, Marcelo Vildósola, abogado del Sename expresó que "la apreciación es de satisfacción por lo que hemos logrado, en base al trabajo del Ministerio Público. Es un hecho que esto no alegra a nadie ante la muerte de un niño, pero que da una sentencia que se ajusta a este delito", dijo.
Al ser consultado por si esta sentencia marca un precedente contra la violencia hacia menores, Vildósola agregó, "lamentablemente existe una situación proteccional a nivel país compleja -no podemos esconder, es una situación que hay que afrontar-, y como Sename esperamos que sea el último, y más allá del precedente esperamos que esto no vuelva a repetirse".
Sobre la responsabilidad de la madre del menor, ante las constantes vulneraciones que sufrió Mateo en vida, Vildósola agregó "en ese sentido hay varias posturas y una cosa de fondo, pero como Sename también estaremos atentos a esas circunstancias. En este y en materia penal terminaría en caso de que Defensoría pueda presentar algún tipo de recurso, y en materia de Familia no habría mucho que hacer, aún cuando estaremos atentos, y debido a la connotación social de este caso y una posible apelación daremos respuesta a ello".
Quien también se refirió a esta sentencia fue el fiscal Raúl Marabolí quien expresó su conformidad en esta agregando "es un veredicto que esperábamos, y por lo cual habíamos invocado", dijo el persecutor en este caso.
Raúl Marabolí dijo también "sería pretencioso decir que se hizo justicia, porque nosotros entendemos que como Ministerio Público debíamos presentar de la mejor forma los casos desde el punto de vista penal y con todas las pruebas recabadas. Se trató de un trabajo largo y donde hubo cuestionamientos a que no habían pruebas que vincularan al condenado con el parricidio, pero que dada la contundencia de estas fueron tomadas en cuenta para esta sentencia".
Investigación
Por dos años y medio la Fiscalía indagó este caso poniendo énfasis a la presunta responsabilidad de Riquelme Araya en la muerte de Mateo, quien estaba bajo su custodia y mientras su madre cumplía condena al interior del Centro de Detención preventiva de Calama.
Este proceso investigativo dio cuenta de que el sábado 6 de diciembre del 2014, y sobrepasado por los cuidados necesarios que necesitaba Mateo Riquelme, su padre lo golpeó en la cabeza al interior de la habitación número seis del inmueble donde arrendaban.
En esa instancia el pequeño quedó con un traumatismo encéfalocraneano cerrado, por lo que comenzó a convulsionar, por lo que Riquelme Araya introdujo un pañal en su boca y tras agonizar el pequeño murió. Consciente de ello trasladó el cuerpo -envuelto en una frazada- hasta la quebrada de Quetena donde lo enterró.
Ese mismo día y bajo la coartada de que el menor se había extraviado luego de sacarlo a pasear al parque 21 de Mayo, Cristian Riquelme contactó a su hermana diciéndole lo que le había ocurrido en ese punto de avenida Granaderos
Junto visitaron a la Madre de Mateo en el penal loíno a quien le informaron de lo ocurrido, para luego efectuar la denuncia por presunta desgracia ante la Sección de Investigación Policial (SIP) de Carabineros.
Por diez días este caso mantuvo en vilo a las policías y a la comunidad loína, la que a través de marchas, vigilias y cadenas de oración se encontraban pendientes el paradero de Mateo Riquelme, quien fue encontrado en el sector eriazo antes mencionado luego que su padre revelara 'un posible punto donde se encontraría'.
Allí y lego de un amplio dispositivo de búsqueda, con las indicaciones que entregó Riquelme Araya, personal del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros encontraron los restos del pequeño cuerpo, junto a algunas de sus pertenencias.
Las constantes contradicciones a la coartada contada en primera instancia, y los diversos peritajes efectuados por Carabineros confirmaría más tarde que Cristian Riquelme no contaba con un argumento sólido que respaldara su tesis de presunta desgracia, por lo que fue formalizado por la Fiscalía como presunto autor de parricidio consumado.
Tras dos años y medio de investigación y 29 días de juicio oral, Cristian Riquelme fue hallado culpable del parricidio, y ayer fue condenado a presidio perpetuo ante el análisis de los argumentos, pruebas y pericias que lo sindicaban como el responsable de dar muerte al pequeño.
Durante el período en que duró este juicio oral, la Defensa de Cristian Riquelme apuntó que las pruebas presentadas por la Fiscalía y los querellantes no detallaban la presencia del ahora condenado, más aún se esgrimió que el delito de 'inhumación ilegal' no se configuraba.
Pese a esto último el Tribunal Oral en lo Penal estimó que sí era culpable aún cuando lo eximió del cargo de inhumación indebida, pero que finalmente lo responsabilizaban de dar muerte al pequeño.
La tarde ayer comenzó a cerrarse este oscuro y triste capítulo de la historia de Mateo Riquelme Tejada, quien a sus dos cortos años de vida fue víctima de su padre, y que logró ser esclarecida tras dos años de ardua investigación y pericias que permitieron develar la verdad tras lo ocurrido en la pequeña pieza donde junto a su padre intentaba crecer y ser parte de una familia disfuncional.
Ayer no hubo caras contentas por una supuesta justicia, tampoco regocijo por el fallo que deberá cumplir en cárcel Cristian Riquelme, tampoco las manifestaciones de agrupaciones y vecinos molestos por lo ocurrido al pequeño. Sólo una pena que caló profundo, y donde todos coincidieron en que se trata de un hecho que no debe volver a repetirse y en el que implícitamente se dio un consenso que se espera sea sólo una y sin más víctimas que lloren la temprana partida de un niño que jamás entendió los motivos, los contextos y las razones que finalmente terminaron con su vida un contexto dramático y que El Loa no debe olvidar.