Quebrada de Quetena: Punto referencial de delitos y conflictos
ESTIGMATIZACIÓN. Desde acopio ilegal de basura a punto geográfico de macabros hallazgos en la capital loína.
Durante los últimos días el sector de la quebrada de Quetena ha vuelto a ser escenario de una serie de hechos que una vez más le devuelven su matiz de sitio estigmatizado y punto de referencia en relación con delitos, contaminación y problemas que vuelven a ubicarla como un lugar inhóspito, vulnerable y complejo.
Desde que Calama amplió sus fronteras al poniente, la quebrada de Quetena se transformó en el umbral entre basurales y la civilización que llegaba hasta puntos como la población Gladys Marín, la que se extiende al sur hasta la villa Portal del Inca.
Hoy poco queda de eso y la quebrada de Quetena retomó una estigmatización que fue creciendo con el acopio de basurales y con hechos como el que fue descubierto el pasado miércoles 5 recién pasado, cuando una pareja halló el cuerpo destazado de un hombre mientras buscaba ripio y otros artefactos que son depositados allí.
En su extensión, Quetena cuenta con dos quebradas -San Salvador y San José- otrora fuentes de agua, que hoy secas también son basurales y grietas donde se esconden desechos de todo tipo, que se transformaron en lugar obligado para inescrupulosos que ahí dejan todo tipo de cosas.
Comunidad
El lugar ha impactado negativamente a los residentes aledaños a su extensión y ha traído problemas tan disímiles como la limpieza y la delincuencia. Allí constantemente se efectúan procedimientos policiales, trabajo comunitario de las policías. Pese a ello, una y otra vez los focos se posan en el lugar por hechos de violencia e imprudencias medio ambientales causadas principalmente por el actuar de inescrupulosos que trasladan grandes cantidades de desperdicios.
Una vecina del sector explica su sentir en la compleja relación que tiene la población Gladys Marín con la incómoda extensión de la quebrada de Quetena.
"Es como tener el basural de todos frente a tu propia casa, donde además se concentran de vez en cuando problemas delictivos y también sociales, al ser este lugar considerado como la última frontera entre Calama, las tomas y vertederos", dice desanimada.
Existen advertencias del municipio contra quienes ocupen el lugar como basural, donde la quebrada de Quetena presenta una fiscalización para evitar que continúe siendo el lugar para el depósito de grandes cantidades de desperdicio.
Según residentes de los más de tres kilómetros en que se extiende este cordón norponiente, existen muchas esperanzas de contar nuevamente con campañas e iniciativas permanentes en el tiempo que devuelvan la esperanza de contar con un ambiente aledaño que sea grato, sin tanta polución y en que las autoridades reflejen interés por mejorar el escenario.
La quebrada de Quetena es también un punto elegido por quienes de manera organizada parten a su amplitud para levantar tomas y desde lo lejos soñar con una posible casa propia, mientras quienes tienen sus hogares en su borde "anhelamos una vida normal, y quizá con un paisaje mejor", sueña un vecino.
Trabajo con la comunidad del sector
Durante la última semana se efectuó en la población Gladys Marín un trabajo para acercar la labor policial del O.S.7 con los residentes del lugar. Parte importante de esta labor está centrada en las directrices que Carabineros busca poder consolidar con la comunidad y lucha para que "el sector más allá de la estigmatización que ya sufre al estar a un costado de la quebrada de Quetena, rompa también con los males que causa el microtráfico en el lugar", explicaron desde la institución.