En el último tiempo hemos visto con preocupación el resurgimiento de enfermedades infecto contagiosas, en forma de brotes epidémicos, que creíamos controladas, algunas de ellas virales y otras bacterianas que comparten formas de contagio y propagación.
El control de muchas de estas enfermedades infecciosas fue, por un lado las mejores condiciones de habitabilidad de los hogares, menor hacinamiento, mejor ventilación e iluminación de las casas, establecieron un escenario menos favorable para los microbios, las mejoras en la industria alimentaria, en la calidad de las proteínas disponibles, en el manejo de desechos, alcantarillado y disponibilidad de agua potable, junto al descubrimiento de antibióticos y vacunas, favorecieron sin duda el manejo adecuado de enfermedades infecciosas, desde la segunda mitad del siglo XX. Los antibióticos están diseñados para tratar las enfermedades causadas por bacterias, las cuales viven en la piel, boca, garganta, sistema digestivo, y medio ambiente, la mayoría inofensivas, pero algunas con poder patógeno que causan enfermedades en personas, en que su sistema inmunológico no logra defenderse de este agresor. El primer antibiótico, la penicilina lo descubrió Alexander Fleming en 1928, casualmente, al observar el efecto de un hongo sobre cepas de bacterias, de allí en adelante emergieron diversas familias de antimicrobianos que redujeron notoriamente la mortalidad por enfermedades bacterianas, que en épocas previas causaban grandes complicaciones y mortalidad como la Meningitis, la Neumonía, el Coqueluche, las diarreas disentéricas, etc. Hoy en día, sin embargo, estamos viviendo un fenómeno distinto, por el uso indiscriminado e inadecuado de antibióticos, el fenómeno de la resistencia a antibióticos, por la adaptación de las bacterias a la acción de éstos. Debemos evitar el uso sin indicación médica de antibióticos y el uso racional de éstos por el equipo médico, para evitar una grave indefensión ante bacterias cada vez más agresivas.
Por otra parte, debemos asegurar la vacunación de poblaciones según las políticas sanitarias del país, evitando la desinformación e ignorancia de corrientes anti vacunas, implementar y fortalecer la educación sexual orientada a la prevención de enfermedades como el VIH o la gonorrea que han aumentado en la población joven, mejorar el control y venta de alimentos en las calles, asociada a Hepatitis y diarreas.
Dr. Patricio Toro Erbetta,
Director del Hospital "Carlos Cisternas"