Los parlamentarios esperan que en diciembre se discuta el proyecto aprobado por la Comisión de Minería y Energía, que establece la obligación de las mineras de usar agua de mar para sus procesos productivos.
Este será un paso trascendental, en la medida que todos los diputados puedan respaldar este trabajo de los parlamentarios Paulina Núñez y Marco Espinosa que fue refundido por tratarse del mismo objetivo.
Es el momento de legislar porque el agua en las regiones del norte está agotada para nuevos proyectos, y ha existido una merma considerable para el uso de la agricultura y mantención de camélidos en la zona, lo que ha perjudicado a la agricultura y apurado el éxodo de los habitantes de muchos poblados del Alto El Loa.
Creemos que si se logra devolver estas aguas a las comunidades originarias y campesinos que aún quedan en la zona, se podrían desarrollar otros negocios como el turismo y la misma agricultura que en los últimos año ha retrocedido en sus hectáreas cultivables.
Esta nueva propuesta establece que las mineras que requieran más de 150 litros de agua por segundo deben necesariamente levantar una planta desalinizadora o traer agua de mar para sus faenas.
Si la iniciativa sigue su curso, en el mejor de los casos, se espera que en enero del próximo año pase al Senado.
Este trámite no debiera tener mayores opositores y de aprobarse beneficiará grandemente a las regiones del norte.
Recordemos que hay un compromiso de Codelco, de producir "cobre verde" en los próximos años, y este es un paso crucial.
Se debe considerar que el uso de agua para el consumo humano va en aumento y hoy se estudian dos proyectos de desalinizadoras en Antofagasta y Tocopilla para poder abastecer la demanda de estas ciudades.
Esperamos que esta iniciativa pueda prosperar y no quede entrampada en el Congreso después de las elecciones, por el bien de las regiones del norte.