Dentro de algunos días nuestro querido país vivirá lo que hemos llamado, "la fiesta de la democracia", este período de participación ciudadana, en el cual todos tenemos la oportunidad de expresar nuestra opinión y escoger nuestros representantes, no deja de presentar algunas complejidades que bien vale la repasar, como el que no concite el interés de la mayoría. Muchos son los que no muestran el deseo por participar, y lamentablemente en varias de las últimas elecciones de las autoridades de la nación, este grupo de ciudadanos que no participa, constituye la amplia mayoría de nuestra ciudadanía.
Las causas de este desgano social por manifestarse y expresar su parecer sobre las opciones que se nos presentan pueden ser muchas, desde el desconocimiento del valor que tiene para un sistema democrático el formular en la urnas nuestra opinión sobre los destinos de nuestra patria, hasta la apatía que nos invade y nos refugiamos en la idea de que otros opinen por nosotros.
A partir de este 19 de diciembre contaremos con un nuevo sistema para la elección de nuestra autoridades, esta nueva forma todavía nos es desconocida, los expertos electorales hacen sus pronósticos, las encuestas nos entregan sus tendencias, sin embargo nada puede reemplazar el que cada uno de nosotros se informe y opine con su voto, es la única fórmula que la democracia tiene para fortalecerse y si nos restamos a ello, cualesquiera sean los resultados obtenidos nos mantendrán en el inconformismo y la frustración.
El supremo gobierno, el Servel y otros organismos han comenzado a realizar campañas y llamados a la población para que participemos y acudamos a cumplir con nuestro deber cívico, desde esta plataforma nuestra Iglesia se suma a ese llamado, pues los católicos debemos dar el ejemplo de participación en nuestra sociedad, participar es demostrar que tenemos una mirada optimista y alegre ante la vida, característica propia de ser católico, entonces acudamos todos a cumplir con lo que nuestro deber cívico, no nos quedemos como espectadores de este proceso en cual todos debemos participar, todos debemos contribuir, es la manera más universal de sentirnos y comportarnos como ciudadanos, hoy más que nunca es necesario.
Oscar Blanco Martínez,
Obispo de Calama