Condorito
Uno de los personajes de caricaturas más conocidos en Latinoamericana es nuestros querido Condorito del mítico Pepo, que esta a la altura internacional de Mafalda de Quino (Argentina).
Independiente de la mediocre película presentada este año, es una personaje que a través de sus miles de historia refleja mucho de nuestra idiosincrasia y picardía, como también la carencia de un Chile que se fue.
Condorito es parte de nuestro patrimonio, esencia de nuestra nacionalidad que representa con un humor picaresco (pero no vulgar). el esfuerzo sobre la adversidad y la lealtad de la amistad, lo bello del amor en Coné y Yayita, recordando en sus líneas y trazos aquella sencillez que como país en muchas ocasiones hemos olvidado.
Francisco Sánchez
Senado
El Senado mantiene su oposición a entregar los informes sobre "copy paste". Sólo revelará los contratos de 1.300 asesores. Parece que una lóbrega aura se mantiene sobre la Cámara Alta.
¿No será que por cosas como estas el Congreso es de las instituciones peor evaluadas de nuestro país? La transparencia y la probidad son dos de los pilares fundamentales del Estado de derecho contemporáneo, pues a través de ellas la ciudadanía puede controlar y fiscalizar la actuación de quienes ostentan autoridad y poder público.
El tema va más allá de la existencia de una obligación legal o constitucional concreta de colaborar con el ministerio público, a la que cualquiera de nosotros no puede zafar. Lo importante es señalar que bajo tecnicismos, resquicios, minucias, el único objetivo es intentar disfrazar de problema legal un problema principalmente ético.
Lamentablemente, este tipo de actitudes nos hacen pensar que los "políticos de profesión" siguen sin entender nada y el descalabro de la política, en tanto, se seguirá hundiendo bajo pilas de papel "copiado".
Esteban Montaner Rodríguez
Espíritu joven
Hace cien años Vicente Huidobro decía que para salvar nuestra patria se tenían que ir los viejos "sin más ideales que el vientre y el bolsillo", siendo éstos reemplazados por los jóvenes llenos de ideales y esperanzas, los mismos que habían hecho de éste un gran país en otro tiempo. ¡Cuánta razón tenía (y sigue teniendo) el vanguardista!
La verdadera política, la que logra cambiar el mundo, es esa hecha por los de espíritu joven, por los que están convencidos de querer trabajar por las personas y al servicio de un ideal que trasciende de ellos mismos. Esto es contrario al tecnócrata, el que ve la administración simplemente como una ciencia de la que sacar provecho. Estos pueden ser muy eficientes, pero ojo, nunca lograrán mover el mundo, ya que el mero cálculo político o la conveniencia serán suficientes para que se olviden de los ideales que decían representar.
Quitemos la política al mero pragmatismo y devolvámosla a los idealistas, a aquellos que ven en ésta una forma de servicio, para que así volvamos a creer en el humanismo del arte político.
Pablo Errázuriz L.
Encuestas
No es de extrañar que la aprobación del actual Gobierno sea inversamente proporcional al tiempo que le queda antes de las próximas elecciones. Normalmente estamos más contentos cuando algo que no ha sido bueno llega a su fin.
Carla Lozano G
Leyes
Mis profesores me enseñaron en la universidad que la ley debe tener un efecto coercitivo, amenazante e intimidante. Los ciudadanos, en general, debemos temerle. ¿Ustedes creen que los delincuentes le temen a la Ley Procesal Penal? Sin embargo, los ciudadanos honestos seguimos intimidados por la ley.
Claudio E. Valdés Muñoz
Poco apoyo
Alejandro Guillier suele echarle la culpa a los demás: Primero, a los notarios; después, a los bancos, al Banco del Estado, a los fiscales. Se quejó de los "portazos crediticios"; también de La Moneda y de TVN por falta de apoyo. Y se quejó de que "ninguno de los periodistas que cubre la campaña" había leído el libro que hizo junto a su amigo Raúl Sohr.
Eso sí que nunca se ha quejado de sus asesores cut and paste, ni de los informes truchos que le sacan de internet. Pareciera que mucha gente lo persigue, pero poca gente lo sigue.
Mauricio Pilleux Dresdner