Cristián Venegas M.
El sello distintivo de muchas de las pequeñas y medias empresas de Calama, es ser una iniciativa familiar que, aprovechando los conocimientos y experiencia de uno o más de sus integrantes e invirtiendo su propio capital en una idea que puede o no funcionar; logran iniciar y mantener un negocio rentable, con perspectivas de futuro y desarrollo.
Sin embargo, el camino del emprendimiento plantea una serie de desafíos, como lidiar con un sistema burocrático, sobreponerse a la desaceleración de la economía, no contar con el espacio físico suficiente para expandirse o encontrarse con un mercado temeroso de las innovaciones, entre otros obstáculos que las pymes deben sortear si desean ser exitosas.
Innovadores
Para Rodrigo Rojas, socio de la empresa Jota2erre que desde 2004 ha desarrollado distintas innovaciones lideradas por Juan, su papá, además de sus hermanos Camila y Maximiliano; ser emprendedor en Calama es complejo, pues "el mundo de la gran minería del cobre es tremendamente conservador y, por lo tanto, cuidadoso de la innovación", explicó.
Dentro de esta apuesta que suma ya 13 años, Rojas destaca que una de las innovaciones principales en la que han participado, fue el proyecto Empalme de la Fases 46-49 de Chuquicamata, "en el que básicamente propusimos una nueva forma de hacer sindicalismo".
"Ahora, con el Bicho Todo Terreno (Bitt), desarrollamos una nueva forma de entender la habitabilidad en las zonas de trabajo", detalló Rojas sobre la unidad móvil de apoyo al trabajo en zonas remotas, que desarrollaron con el apoyo del programa de Prototipos de Innovación Regional del Comité de Desarrollo Productivo.
"Ser emprendedor tiene algo de adrenalina, de rebeldía, es no seguir las reglas, es decir: 'elijo no tener jefes, elijo no conformarme con esa seguridad'. Decisión que en algunos casos viene acompañada con un certificado de defunción", reflexionó el profesional.
Los primeros
Luego de años de trabajo en su carro de comida rápida, Oscar Campos se ganó un espacio en el balneario de Antofagasta, con productos de reconocida calidad. Emprendimiento que junto a su yerno Raúl Contreras y su hija Karen, alcanzó nuevos horizontes en una esquina de la avenida Balmaceda de Calama, donde se emplazó Rock & Hot, el primer food truck que llegó a la ciudad desde Estados Unidos.
"Oscar partió dándole un sabor único e inigualable y lo que hicimos después fue tratar de mejorarlo, desde el punto de vista de utilizar productos que aquí no se encuentran, como la salchicha que no está en Calama, además de un pan que en ese tiempo era escaso. Nunca mezclamos la palta ni con leche ni con agua ni se guarda de un día para otro, y los tomates son de primera, con eso empezamos", explicó Raúl sobre el local que todas las tardes aglutina a cientos de clientes.
Aunque el comienzo no fue fácil, recuerda Karen, pues los permisos para el carro tardaron seis meses en aprobarse, básicamente por el desconocimiento que existía de este tipo de máquinas, pese a que cumplía todas las normas sanitarias.
"Como no había conocimiento de cómo funcionaba y cómo está implementado, me cerraron las puertas y ni siquiera se dieron el tiempo de venir y conocerlo. Después vino el inspector del Servicio de Salud y él lo consideró maravilloso, pero la municipalidad seguía poniéndome trabas. Lo presenté como proyecto al alcalde, pedí audiencia y seguían poniéndome problemas", detalló la emprendedora.
Lo que no impidió que en noviembre de 2013 Rock & Hot abriera sus puertas, y aunque la avenida aún estaba en construcción, y lo estuvo por cerca de un año más, las ventas comenzaron bien, primero con las cuadrillas de trabajadores y después con los vecinos. La voz sobre la calidad de los hotdog, as y sándwiches, se corrió rápido, y del carro pasaron a un local establecido en el que hoy trabajan 10 personas.
"nos aventuramos"
Hace cuatro años Moryn Fuentes. junto con su marido y otros familiares, formaron Ingeaceros SPA, una empresa dedicada a la fabricación de estructuras metálicas y tornería, que partió prácticamente desde cero y cumpliendo un verdadero peregrinaje por distintos puntos de la ciudad, buscando un lugar físico para trabajar.
"Mi esposo trabajaba en una maestranza y la verdad es que partimos sin nada, nos aventuramos, porque era algo que no sabíamos si iba a funcionar. Comenzamos con trabajos de mano de obra y a través de los años fuimos adquiriendo ciertas cosas, pero lo que siempre nos faltó fue un sitio, que era primordial para trabajar, porque el peregrinaje fue mucho, estuvimos en muchos sitios arrendando y pasando por muchas cosas", repasó sus inicios.
Sobre cómo los afectó la baja del valor del cobre y de la actividad minera, Fuentes dije que si bien hoy la empresa está "estable", el año pasado "fue terrible". "la producción bajó muchísimo y en todos los aspectos, pero hoy seguimos vigentes, pese a que hemos pasado por cosas súper difíciles, hace dos años nos robaron una camioneta que no apareció más, y me dolió porque era fruto de mucho esfuerzo", dijo.
De todas maneras, la empresaria ve buenas perspectivas de futuro, pues hace unos días recibió un terreno en la Extensión de Puerto Seco de parte de Bienes Nacionales, donde espera iniciar la nueva etapa de Ingeaceros.
Meses sin ingresos
El chef pastelero, Rodrigo Araya, pasó por un largo proceso de preparación y perfeccionamiento que comenzó en Chile y continuó en Argentina, Perú y España, antes de abrir la Chocolatería Raa V, que se especializa en productos con un alto porcentaje de cacao, insumos y artículos profesionales de pastelería y chocolatería, que en Calama no están disponibles.
Emprendimiento que debió sortear cinco meses de burocráticos trámites para lograr los permisos municipales necesarios y la patente, periodo en que de todas formas debió pagar el arriendo de su local.
"Hay que tener demasiada paciencia, porque pagas sin poder vender, por creer que el trámite es más rápido", lamentó. Hoy, a un mes de abrir las puertas en el Paseo Municipal Pablo Neruda, la situación sigue siendo compleja.
"La gente es un poco reacia a pagar por un producto de buena calidad, porque lo que nosotros ofrecemos es chocolate real, con un 28 a 85% de porcentaje de cacao, no es una cobertura ni un sucedáneo, esa es la gran diferencia, en eso nos distinguimos de los demás, lo que nosotros ofrecemos es una experiencia y sabores totalmente distintos", aseguró.
Negocio en que Rodrigo, que trabaja junto a su hermano Diego, cree que es clave agregar valor a sus chocolates, enriqueciéndolo con productos naturales de la zona, como los bombones rellenos con rica rica o arrope de chañar y todo preparado artesanalmente. "Nuestro propósito hoy es hacernos conocidos, que la gente sepa que vendemos productos de muy buena calidad. Hay que ponerle muchas ganas a esto y aguantar para que este negocio funcione", dijo.
Mucha competencia
Nueve años lleva la empresa Fire Detection, de Luis Vargas, ofreciendo servicios de mantención y recarga de extintores y de equipos de supresión contra incendios, los que son utilizados en la minería. Iniciativa familiar en que se ha involucrado su mujer y su hijo, en la que ha sido clave el esfuerzo y ofrecer un servicio integral, apoyado por profesionales.
"Este proceso ha sido de mucho sacrificio, porque en Calama, que está rodeada por minería, llega mucha competencia de Santiago y Antofagasta, y nosotros tenemos que luchar contra eso prestando un mejor servicio, ofreciendo mejores resultados, lo que logramos especializándonos en normativas internacionales y con instructores del extranjero, aun cuando somos una empresa chica", explicó.
Escenario complejo y más aún considerando que sus ventas descendieron entre 30 y 40% en 2016 con la baja del sector minero. "Pero nos hemos mantenido, tenemos los mismos clientes, pero todos están comprando menos y hemos seguido adelante pese a todo eso", detalló Vargas.
"Oscar (Campos) partió dándole un sabor único e inigualable a las preparaciones y lo que hicimos después fue tratar de mejorarlo, desde el punto de vista de utilizar productos que aquí no se encuentran".
Raúl Contreras, Socio de Rock & Hot"