Al rescate del río que nos da la vida
El Loa es esencial para toda esta zona y si no estuviera, nada de lo que aquí hay existiría. Aún estamos a tiempo para poder asistir a nuestro río y hacerlo parte de nosotros y protegerlo como un bien valioso, y que nos trae sagradamente su agua desde la cordillera.
En casi todo nuestro país, los ríos se han convertido en el patio trasero de nuestras ciudades, y los planes para preservarlos y darles vida casi no existen. Esto ocurre también con el río Loa, que ha sido víctima del desprecio de los habitantes de esta zona.
Así lo demuestra el Segundo Muestreo Nacional de la Basura en los ríos, realizado por investigadores de la UCN, ayuda de escolares del país y el apoyo de la Fundación Lighthouse de Alemania.
Lamentablemente el río Loa, de 400 kilómetros de longitud, presenta un alto grado de basura plástica, contaminación por aguas servidas, residuos industriales líquidos, entre los más relevantes.
A ellos debemos sumar la explotación abusiva de sus aguas y la sobreexplotación de ella por parte de la industria minera.
Respecto a la contaminación urbana, se pudo detectar que entre los desechos hay restos de papeles, botellas, colillas de cigarro, metales, vidrios, restos de comida y algunos productos químicos.
Esto refleja el nulo cuidado que tenemos de este valioso río, que si no existiera no podríamos vivir en esta zona.
Esta es una situación preocupante, que requiere de medidas y acciones que permitan resolver el problema y no sólo comentarlo. Es necesario que la ley ambiental actúe con rigor y sancione a los que contaminan las aguas, ya sean ríos, lagos, mares, entre otros.
Lo que ocurre es dramático, y aquí los responsabilidad no es solo de las industria, sino que también de la comunidad. Todos en conjunto, debemos propiciar conductas que nos ayuden a velar y cuidar este bien natural que ha permitido vida en esta zona.
Sabemos que por todas estas razones este río no es apto para el baño, cuando debiera serlo, debiera ser un lugar de descanso para los loínos, debieran tener su aguas cristalinas y ser parte del encanto de la ciudad.
No debemos darle la espalda y todos sin excepción debemos sumarnos para rescatar nuestro río, junto con fortalecer las campañas de concientización.