Albergues para proteger a desvalidos
Esta iniciativa parece no ser suficiente para una solución total, por el alto número de personas en situación de calle. Si no hay una intervención seria, nunca erradicaremos a las personas de condición de calle, entregando solo limosnas para dejarlos perpetuamente en esta condición.
Es preocupante la realidad que viven cientos de personas que están en la peor condición de toda nuestra sociedad: no tienen donde vivir y que se exponen a las inclemencias del tiempo, a la buena voluntad de los ciudadanos y a la suerte de su resistencia física para soportar bajas temperaturas y enfermedades de invierno.
Decimos que es preocupante esta condición, porque vemos que en medio de un país que crece y busca el desarrollo, todavía existen estas condiciones humanas, como ocurre con los campamentos, que aumentaron en los últimos treinta años en, en vez de disminuir como se ha buscado con diversas políticas de construcción de viviendas.
En el caso de las personas indigentes, en Calama llegan a 450 personas, y el municipio apura un albergue que podría acoger apenas un diez por ciento de ellos, pero que además serán beneficiados con programas sociales, recibiendo desayuno, almuerzo y abrigo.
Se hace necesario que la comunidad pueda reaccionar frente a esta dura realidad y junto a los organismos sociales poder ayudar a solucionar este problema. Una de las formas, es a través de la campaña que realiza el municipio que busca reunir ropa de abrigo, y que requiere de la ayuda de la comunidad.
Las necesidades son muchas y las soluciones no dan abasto, como ocurre en el Hogar de Cristo, que actualmente acoge a 48 indigentes, cuando su capacidad es para 38 personas.
Se hace urgente buscar mecanismos que puedan dar solución a esta realidad social, con el fin de tener la capacidades y los recursos para ayudar a estas personas que no tienen donde vivir y que se cobijan en algún rincón de la ciudad para protegerse.
Su misma condición los lleva en muchas ocasiones a caer en dependencias como el alcoholismo o drogadicción, lo que provoca que se restrinjan las ayudas para ellos. O en otros casos, estas dependencias los lleva a quedar en la calle.
Es un espiral de pobreza y marginación que cuesta mucho salir y que requiere de una ayuda especializada y de profesionales expertos para poder revertir esta condición.