Mario Covarrubias Pereira
Según datos que maneja el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), en Calama hay cinco mil familias que están a la espera de una casa propia, muchas de las cuales permanecen en condiciones de hacinamiento y allegados.
Sin ir más lejos, en la Oficina de Vivienda de la municipalidad, entidad que cuenta con la supervisión de Serviu, existen 43 comités con alrededor de mil 500 familias de clase media-media baja de la comuna que anhelan optar a la casa propia. En muchos casos, sus miembros deben esperar más de 10 años para que esa opción se materialice.
Tiempo
"Hay personas que llevan esperando más de 10 años por su casa. Son muy pocos los que han esperado menos que eso. En un minuto, en la comuna no se ejecutaron proyectos de vivienda, porque Chile fue afectado por situaciones macro (terremotos) que debilitaron el dinamismo de construcción y los recursos se destinaron hacia otros lugares", manifestó la jefa de la Oficina Municipal de Vivienda, Connie Fabián.
Los comités, según la ley que los regula, deben estar constituidos con un mínimo de 15 familias representadas por un integrante mayor de 18 años, cuya constitución debe ser voluntaria.
"La media de los comités de Calama va entre los 15 y 25 socios, porque de esta manera se organizan mejor. Éstos van ganando antigüedad, es decir, tenemos comités que se constituyeron entre los años 2006 y 2010, quienes están a la espera de que exista un terreno disponible para un proyecto habitacional. La ley no limita a que estos comités estén constituidos por familiares o amigos", reconoció Connie Fabián.
La persona para postular a un subsidio no debe tener propiedades en ninguna parte de Chile; pues no se puede repetir un subsidio de Estado, a no ser que se haya renunciado a él; exige tener un ahorro mínimo; y contestar una encuesta socioeconómica como único instrumento para conocer a las familias vulnerables: el Registro Social de Hogares, donde se calcula en una tabla de porcentaje la opción de recibir una vivienda.
Casos
Una de esas personas que lleva años esperando una vivienda es Miriam Hidalgo, quien en 2009 partió con el comité "Casas del Desierto", el cual hoy preside. Reconoce que en un principio, éste estaba compuesto por 45 socios, pero hoy quedan sólo 31.
"Cuando van pasando los años y no hay una solución habitacional, se va produciendo un hastío lógico de los integrantes. Éramos 45 personas, pero la administradora anterior, Irene Alfaro, fue sacando gente por diversos temas", aseguró Hidalgo.
También, es complejo que los integrantes de un comité retiren el dinero de sus cuentas que tienen destinado a vivienda, porque es uno de los motivos por los cuales Serviu está facultado a quitarle prioridad en el proceso de revisión de antecedentes.
"A veces, es tanto el tiempo que esperan, que los socios van sacando la plata, porque en algún minuto se requiere el dinero, como es lógico. Nosotros les pedimos que no saquen la plata y que si la van a retirar, que la repongan en el corto plazo, porque se puede dar el caso que una cosa así perjudique a un comité entero", explicó Connie Fabián.
Miriam Hidalgo manifestó que tenía una postulación para Serviu en 2017 y que como hubo cambio de gobierno, esto quedó en nada. "Lo que estamos pidiendo es que nos respeten eso, la antigüedad. Volvimos a nada, porque sale una autoridad nueva y se retrocede a foja cero", lamentó.
Ella aseguró que hay proyectos habitacionales que se entregan, donde "sacan a gente de la toma para darle casa, siendo que ellos no forman parte de ningún comité. Queremos saber bajo qué criterio se hace eso, por qué no se nos considera a nosotros, que tenemos antigüedad. Cuando uno trabaja por el conducto regular, como corresponde, no obtiene resultados", dijo afligida.
Las condiciones actuales en que vive esta pobladora calameña son de un total hacinamiento, pues se está quedando en la casa de una tía en la población O'Higgins, junto a otras tres familias más, quienes comparten un solo baño. Ahí, como es lógico, el espacio escasea. Es así como aloja en un dormitorio que comparte con dos hijas que estudian en la universidad.
Allegada
"Vivo de allegada, porque antes pagaba arriendo, pero fueron subiendo mucho y estoy quedándome en la casa de un familiar. En esa casa vivimos 4 familias, independiente cada una. Tengo un dormitorio, donde estamos yo y mis dos hijas. Vivo totalmente hacinada, pero nadie ve eso", expresó.
En esa vivienda, las otras tres familias que alojan ahí, viven incluso en peores condiciones, reconoció Miriam Hidalgo y todas forman parte de comités que están a la espera de la casa propia.
"Mi calidad de vida es mala. Prácticamente, vivo encerrada en la pieza. Uno se siente deprimida, sin ánimo, limitada de muchas cosas. Lo intenté por el banco, me pedían un ahorro de 800 mil pesos y evidentemente no adjudiqué. Es una situación que no se la quisiera dar a nadie", dijo la pobladora calameña.
Incluso, aseguró Hidalgo que estaba postulando a un Capital Semilla, que le hubiera dado la posibilidad de tener una mejor remuneración, pero aquello la habría perjudicado en su postulación a una vivienda social, por lo que no continuó en ese proceso.
"Uno se posterga en muchas cosas, marca el paso y por esto mismo me encuentro estancada, todo porque quiero una casa, un espacio donde poder desarrollarme como corresponde. No pido que me regalen nada, sólo me inquieta el hecho de que somos doce comités los más antiguos, quienes deberíamos estar en proyecto al menos, tener todo preparado y no hay nada", mencionó Hidalgo, quien aseguró que la mayoría de las personas que está a la espera de una casa en Calama vive en condiciones similares a la de ella o incluso peores.
Complejidad
Es el caso de Cristián Villagrán y su familia, quienes llevan la misma cantidad de años que Miriam Hidalgo en un comité. La pareja vive hacinada en una pieza junto a sus dos hijos ubicada en la población Gustavo Le Paige, gracias a la buena voluntad del hermano mayor de Cristián. En ese espacio cabe una cama, un mueble, un escritorio de computador y la cuna del bebé, quien presenta una compleja enfermedad.
"Mi hermano nos facilitó este espacio, porque cuando nació mi segundo hijo (7 meses) se le diagnosticó cardiopatía compleja, lo que quiere decir que tiene un corazón incompleto. Eso, como familia, nos ha generado muchísimo gasto como para arrendar una casa", aseguró Villagrán.
Lo dramático de este caso es que la única vez como familia que solicitaron ayuda, acudió a la pieza una asistente social del hospital, quien les dio un plazo terminante para salir de ese lugar, porque considero que el espacio no era el adecuado para la salud del bebé.
"Cero ayuda, porque producto de eso, tuvimos problemas en el Tribunal de Familia, lo que generó en un minuto, por las condiciones en que vivimos, que nos quisieran quitar al niño y a nuestra hija mayor. Estamos los cuatro en una sola pieza y es complicado, porque si uno de nosotros, los mayores, se resfría, mi hijo pequeño pasa directo a hospitalización, porque tiene bajas defensas".
La jefa de la Oficina de Vivienda del municipio, quien también es asistente social, dijo al respecto que "el nivel de hacinamiento y de allegados en que viven nuestras familias afecta mucho al núcleo familiar en otros factores sociales, tales como violencia, descuido en menores, problemas de drogas, entre otros. Vivir hacinado genera una crisis, la falta de privacidad es indigna en muchos casos".
Esto fue ratificado por Cristián Villagrán, quien confesó que el no tener una casa propia le ha provocado problemas a nivel familiar. "Tenemos en ocasiones diferencias con mi señora por este tema y qué podemos hacer: nada. En espacios reducidos, todos los problemas se amplifican", lamentó.
Serviu
Al respecto, el seremi de Vivienda y Urbanismo, Julio Santander, explicó que existen razones de diversa índole para la dificultad de acceso a una vivienda en Calama y éstas tienen que ver con dificultad de acceso al crédito y especulación excesiva que encarece los valores de los arriendos.
"No obstante, lo que se señala frente a la dificultad que existe en Calama no es tan radical, ya que se logró la construcción de 1.039 viviendas, y se trabaja con proyectos en desarrollo y pronto a iniciar obras", manifestó el jefe regional de la cartera.
"Mi calidad de vida es mala. Prácticamente, vivo encerrada en la pieza. Uno se siente deprimida, sin ánimo, limitada de muchas cosas. Es una situación que no se la quisiera dar a nadie".
Miriam Hidalgo, Desde 2009 espera una vivienda"
Proyectos serviu para calama
Vista Norte 1
Ubicado en calle Alejandro Rodríguez, contará con 72 departamentos de 3 dormitorios. Acá se iniciarán obras en mayo de 2018.
Torre de Inés
Ubicado en calle General Salvo esquina Inés de Suárez, con 64 departamentos de 3 dormitorios, iniciando obras en mayo de 2018.
René Schneider 1° Etapa Ubicado en calle Colonia esquina Atahualpa; contará con 439 casas de 70 metros cuadrados, donde el inicio de obras está contemplado para la primavera de 2018. Beneficiaría a 16 comités Serviu
Vivienda Indígena
Proyecto que se emplazará en manzanas de propiedad de Serviu ubicadas en el cabezal sur del Seccional Topáter (entre el aeropuerto El Loa y Av. Circunvalación), cuya iniciativa está a nivel de idea y pretende beneficiar a 400 familias indígenas.
René Schneider 2° Etapa Se emplazará en calle Colonia esquina Diego de Almagro (rodeando el colegio Don Bosco). 423 casas de 70 metros cuadrados. Se espera que las familias postulen al subsidio habitacional durante el año 2018 para inicio de obra a contar del año 2019. Trece comités que desde marzo de 2015 iniciaron trabajo con Serviu se verían beneficiados.
10 años en promedio puede llegar a esperar una familia por su casa propia en Calama. Al menos así ocurre en los comités municipales, porque en los de Serviu, calculan en 3 años la demora.
5 proyectos de vivienda tiene en carpeta Serviu para la comuna de Calama, con los que pretende solucionar el grave déficit habitacional que complica a miles de familias loínas.
4 personas comparten una misma pieza en la casa donde permanecen como allegados Cristián Villagrán y su familia. El menor de sus hijos sufre una cardiopatía y no es aconsejable que viva ahí.