La fiscalía allana la diósesis de Rancagua y Tribunal Eclesiástico
IGLESIA. Las diligencias se realizaron por las denuncias de abusos sexuales. El cardenal Ricardo Ezzati dijo que se entregó "toda la documentación solicitada".
Hasta la diócesis de Rancagua y el Tribunal Eclesiástico, en Santiago, llegaron ayer efectivos del OS-9 de Carabineros a incautar antecedentes en el marco de la investigación abierta por las denuncias de abusos sexuales por las que la Iglesia Católica ya ha suspendido a 14 sacerdotes.
Las diligencias se iniciaron en la diócesis de Rancagua, hasta donde llegó el fiscal Sergio Pérez con una orden de entrada y registro emitida por el Tribunal de Garantía de Pichilemu.
Esto a raíz de las denuncias contra un grupo de sacerdotes de la región agrupados en una cofradía que se hacía llamar "La Familia", acusados de comportamiento impropio y en algunos casos de abusos de menores.
El allanamiento
En paralelo, el fiscal Emiliano Arias llegó hasta el Tribunal Eclesiástico de Santiago, donde comentó que "en Chile todos estamos sometidos a la justicia ordinaria, todos, todas las personas".
Tras la diligencia, Arias explicó que "se trata de delitos sexuales cometidos contra menores de edad. En este caso, es importante destacar que aquí existe acción penal pública. Esto es, yo no necesito una denuncia de la persona, como podría ser un delito sexual contra un mayor de edad". "El objeto de estas diligencias es pesquisar delitos contra menores de edad que en este caso aún no estén prescritos", añadió.
Según La Tercera, Arias solicitó en el Arzobispado de Santiago todas las investigaciones realizadas desde 2007 por parte de la Iglesia que involucren denuncias de abusos contra menores de edad por parte de sacerdotes de Rancagua o de cualquier lugar.
El fiscal Arias explicó que la prescripción de los delitos contra los menores de edad no se cuenta desde la comisión de hecho, sino desde que la víctima cumple los 18 años". Y detalló que también podrían ser investigados casos prescritos que "podían ser interrumpidos en su prescripción por la comisión de un nuevo delito".
El arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, también llegó hasta el lugar y afirmó que "el arzobispado de Santiago entregó al señor fiscal toda la documentación solicitada". "Reiteramos la disponibilidad de colaborar con la justicia civil en todo lo que sea requerido", agregó.
Reunión con fiscales
Las diligencias se produjeron en medio de la misión papal en Chile del arzobispo de Malta monseñor Charles Scicluna y el sacerdote español Jordi Bertomeu.
Ambos arribaron al país en martes y se espera que escuchen nuevos testimonios de los casos Karadima, de los Hermanos Maristas y ahora el de Rancagua.
En ese contexto, Scicluna se reunió ayer con el fiscal nacional, Jorge Abbott, y con los persecutores regionales Raúl Guzmán (Fiscalía Metropolitana Sur), Arias (O'Higgins) y Mauricio Richards (Maule), para abordar las investigaciones que lleva cada uno.
Tras la cita, el jefe del Ministerio Público detalló que "hemos compartido con Monseñor Scicluna la necesidad absoluta de la cooperación entre la Iglesia y el Estado de Chile para efectos hacer avanzar las investigaciones y poder establecer quienes son los responsables e instar por el castigo de los mismos".
Abbott dijo que hay un compromiso de "mayor colaboración" y que la Fiscalía implementará un "sistema de relacionamiento" para acoger a los denunciantes de este tipo de casos.
Scicluna asiste a jornada formativa
Scicluna y Bertomeu participaron ayer de una jornada formativa sobre prevención de abusos a menores en la facultad de derecho de la Universidad Católica. "Debemos como iglesia colaborar con la justicia civil. El abusos de menores no es solo un delito canónico, también es un delito civil. Debemos colaborar porque el bien común de la Iglesia, de la sociedad, se convergen en la tutela de los menores, que es un valor muy importante", dijo el arzobispo de Malta.