El escenario no es muy auspicioso para el metal rojo, producto de su séptima caída en su precio y de la guerra comercial entre China y Estados Unidos que comenzaría el viernes.
Se espera, según los pronósticos más adversos, la posibilidad de una corrección a la baja y que quede por debajo de los tres dólares la libra por un buen tiempo.
El gobierno sigue atento a los vaivenes del cobre, ya que por cada centavo que cae su precio, se pierden unos 45 millones de dólares en impuestos para el país.
De acuerdo a los antecedentes conocidos en la nación asiática, China dijo estar preparado para el cobro de aranceles por US$ 34 millones que aplicará Estados Unidos y que adoptará medidas similares contra 545 productos estadounidenses.
Esta situación repercutirá en la reactivación que se estaba observando a nivel mundial, más si consideramos que China es el país que compra el 50% del cobre que produce nuestro país.
Ante esta nueva realidad, es necesario actuar con cautela, y tal como lo han señalado las autoridades de Gobierno, hay preocupación pero esperan que estos ajustes sean algo transitorio.
Los especialistas hablan que bajar de los tres dólares la libra de cobre, se convierten en un fenómeno sicológico que quiérase o no afecta a la industria.
A nivel local, el gobierno regional debiera prepararse para algún impacto o para tomar resguardos que no perjudiquen el escenario económico, el cual no ha tenido la recuperación esperada, y que con esta nueva crisis podría frenar todas las expectativas de repunte que se esperaban para este mes.
Todo indica que si se ve afectado el consumo de China, el precio del cobre se mantendría en los precios que ha experimentado en estos últimos días.
Todos esperamos que esta guerra comercial no afecte al extremo que en la minería nacional puedan ocurrir despidos y freno a las inversiones,
El descenso de 7,1% en su valor en el primer semestre y tres días por debajo de los tres dólares la libra, no son buenas señales y podrían repercutir en las políticas públicas.