Autogoles
La renuncia o salida del cargo de Ministro de Cultura de Mauricio Rojas, tras la polémica desatada en torno al Museo de la Memoria la cual nadie fue capaz de chequear y anticipar como manejo de crisis - control de daños, deja en evidencia un problema de fondo que tiene que ver con la capacidad política y eficiencia comunicacional del actual gobierno.
Ciertamente, y en tan sólo cinco meses, el número de autogoles ha sido tan morboso que, para fortuna, se agradece que la oposición aún permanezca en la banca ante la ausencia de un director técnico que los ordene y saque al campo de juego para disputar el partido más importante de cara al 2021.
Rodrigo Durán Guzmán
Negacionismo ministerial
Dicen por ahí que la historia la escriben los vencedores, pero la verdad corre por cuenta de los sobrevivientes.
Menos de treinta años desde el término de la dictadura se ha demorado en aparecer en los medios masivos de comunicación el fenómeno del "negacionismo". Es decir, minimizar, relativizar, banalizar o derechamente negar el asesinato masivo y sistemático de un pueblo o grupo de personas por razones ideológicas, religiosas o políticas. Desde que la derecha económica, política, militar y religiosa decidió tirar el mantel y mandar al carajo la democracia chilensis, esa curiosa "visión" de los hechos posteriores, ha estado presente en la cabeza de todos esos "cómplices pasivos" desde el minuto 1 posterior a ese martes primaveral de hace 45 años. Lo nuevo es que muchos de aquellos jóvenes y adultos-jóvenes (e incluso algunos nonatos provenientes de ese mundo), que hoy ocupan cargos de poder en ministerios, parlamento, judicatura o municipios, están empezando a verbalizar sus justificaciones personales y colectivas de la barbarie sistemática e institucional desatada exclusivamente por ellos.
El pensamiento ideológico vertido por el recientemente nombrado ministro de las culturas, a lo menos hubiese generado un revuelo patagüino en la Europa que lo cobijó durante años y que sabe de historias de barbarie y atrocidades cometidas por hombres y mujeres en contra de hombres y mujeres con un pensamientos o credos distintos.
Pretender negar, minimizar o relativizar las fosas comunes del patio 29 en el cementerio general, los cadáveres lanzados al mar atados con rieles a sus cuerpos, las detenciones y ejecuciones sumarias, los atentados en países extranjeros, las torturas, violaciones y vejaciones aberrantes en contra de niños, jóvenes, mujeres, hombres y ancianos, las detenciones arbitrarias y posteriores desapariciones de miles de chilenos y chilenas, así como la diáspora de otros miles obligados al exilio en tierras extrañas; es como hacer un tour por Auschwitz, Sachsenhausen, Buchenwald, Dachau o Treblinka y declarar que en esos sitios se aprovechan los judíos, gitanos, homosexuales o comunistas de tergiversar la historia.
Cuando perdemos ese sentido de la realidad es una señal inequívoca que hemos descendido varios peldaños en nuestra evolución personal de humanidad. Ministros de cultura de ese calibre representan un síntoma aterrador de la clase de sociedad en la que nos hemos transformado, donde el deterioro ético en el tejido institucional (y por proyección en el tejido social) está alcanzando umbrales antes desconocidos.
Marcelo Saavedra P.
Ministro
El titular del ministerio de cultura esta en una situación pode decirlo menos "compleja", sus dichos respecto al Museo de la Memoria y DDHH, que tan popular lo hicieron en la derecha resulta que ahora no se condicen con lo que piensa, sólo a un par de años de dichas declaraciones.
Por otro lado en su libro "Diálogo de conversos", financiado por Nicolás Ibáñez, afirma con todas sus letras su juicio al mencionado museo.
¿Señor Rojas cuando estará de acuerdo con lo que piensa? dado que su vida es de un transitar a otro, al parecer, dependiendo de quien le paga el sueldo o lo asigna en el cargo, lo pregunto con sinceridad dado que después de tanto años nunca he cambiado mi opinión en lo esencial, pero usted ha pasado de un lugar a otro y al parecer cambia de parecer a cada rato y ahora todos los chilenos le pagamos el sueldo.
Federico Urra, profesor jubilado
Ministro de Cultura
A estas alturas del partido, casi 50 años, el tema no es si el exministro Rojas, dijo o no dijo lo que dijo que después se desdijo, tal vez el problema es que el Museo de la Memoria no es muy inclusivo con todos los que fueron víctimas de la violencia que asoló a nuestro Chile, eso hace que unos se sientan con más derechos que otros de ser los dueños de la memoria de nuestra patria. Todos merecen ser íconos y ser parte del Museo de la Memoria, independiente de sus tendencias políticas, creencias y ocupaciones.
Luis Soler Milla