Con el incendio de la toma de Frei Bonn no sólo quedó en evidencia la imperiosa necesidad de erradicarla por la inseguridad que reviste, sino que también el cómo chilenos y extranjeros viven sin respetar la normativa que nos rige, situación que les impide salir adelante, conseguir una vivienda y trabajar en base a un futuro.
Como Gobierno del Presidente Sebastián Piñera desde un comienzo, con el intendente Marco Antonio Díaz, dijimos que había que ordenar la casa y una de las acciones en Calama era precisamente erradicar esa toma, porque afectaba la seguridad del entorno, pues sus vecinos han denunciado incansablemente que durante seis años han perdido su calidad de vida.
Con este incendio el proceso de desalojo tuvo más sustento, pero como autoridades debíamos responder ante la emergencia que afectó a estas 315 personas. Les brindamos albergue y todo lo que ello conlleva, encontrándonos con familias que realmente aspiran salir adelante y para esto es necesario que comiencen con medidas inmediatas, como conseguir un trabajo.
La estabilidad laboral es la clave para surgir y no necesariamente con un empleador, con sus ideas de emprendimiento pueden hacerlo, pero cumpliendo con todas las normativas que existen. Esta es la base y desde ahí pueden postular, por ejemplo, al subsidio de arriendo, el que puede durar hasta por ocho años y con un monto máximo de 170 UF a ser utilizado en ese tiempo.
Esta como otras ayudas que entrega el Estado están disponibles para todos quienes quieran surgir en la legalidad y respetando los plazos, que si bien pueden reclamar que son excesivos, como el caso de obtener la casa propia, como Gobierno también hemos asumido ese desafío.
El ministerio de Vivienda y Urbanismo vio la falencia que existe en el norte y activó un plan habitacional, el que prontamente tendrá las primeras soluciones. Y en este contexto, el próximo lunes se pondrá la primera piedra al complejo que se construirán en la población René Schneider.
Como Gobierno estamos trabajando por entregar mejores condiciones de vida, para que las familias puedan ser felices, principalmente los niños y adultos mayores, pero para esto también necesitamos la colaboración de la ciudadanía, una comunidad nacional y extranjera que actúe de acuerdo a la norma, que sea respetuosa de los procesos y de quienes han esperado por años que se cumplan sus derechos.