La remodelación de diecisiete cámaras de televigilancia en algunos sectores de Calama, sólo vendrá a reparar las que existen actualmente, y donde sólo tres de ellas se encuentran operativas.
Esto es un mal antecedente, porque lo que se necesita en la ciudad es instalar más cámaras de seguridad con el fin de poder resguardar a los habitantes y poder tener registro de lo que sucede cuando ocurren casos de mayor gravedad.
Hoy en día la tecnología disponible permite acceder a este tipo de herramientas tecnológicas con mayor facilidad y a un menor costo, por lo que instalar cámaras en forma masiva es progreso para la ciudad y sobre todo permite facilitar el trabajo policial.
Paralelamente, muchos particulares han optado por instalar estos registros digitales en sus propiedades con el fin de dejar pruebas en caso de algún delito.
Pero estas cámaras no son de vigilancia, por lo que es necesario dotar a la ciudad de estos aparatos que permitan registrar en tiempo real lo que sucede en las calles. Además, estas cámaras de televigilancia son monitoreadas por personal policial o en retiro que tienen las capacidades para detectar alguna anomalía.
Hay que considerar también que son un gran aporte para poder registrar hechos cotidianos como accidentes, robos, agresiones y otros hechos que posteriormente requieren de una investigación para poder dilucidar estos sucesos.
El llamado es para que la autoridad pueda desarrollar un plan de instalación masiva de cámaras de televigilancia en la ciudad y además poder contar con una unidad que pueda monitorearlas desde una central con los instrumentos y personal adecuados.
La aprobación de 50 millones de pesos para reparar 17 cámaras por parte del concejo municipal, es sólo un pequeño paso para un tema de mayor relevancia, que es contar con un completo y moderno sistema de televigilancia en la ciudad.
Esta es una necesidad primordial si queremos contener la delincuencia y poder aclarar casos que muchas veces quedan en la impunidad por no existir registros para perseguir a los autores.