Jonathan Mondaca Escobar
Perder la oscuridad de los cielos de la región de Antofagasta tendría consecuencias para la economía local, la salud de las personas y las especies que componen el ecosistema, explica en sus charlas Eduardo Unda-Sanzana, director del Centro de Astronomía de la Universidad de Antofagasta (UA).
Con un doctorado en la especialidad, durante los últimos tres años ha dedicado parte de su trabajo a divulgar el peligroso aumento de la contaminación lumínica en la región. En sus presentaciones aclara que el tema no es solo una cuestión que afecte a los grandes observatorios científicos en el país, es más, siempre recalca que ese es el último punto que debería preocuparle a la comunidad.
En 2005 Unda-Sanzana se radicó en Antofagasta, percatándose que la norma lumínica que comenzó en 1998, en la práctica no tenía ningún efecto.
"Pasaba el tiempo y luminosidad aumentaba, lo que era extraño porque según la norma, debía ocurrir lo contrario", dijo.
Comenzó a investigar el tema y encontró estudios internacionales sobre contaminación lumínica (ver página 3).
"En el mapa se aprecia cómo el problema aumenta y quiénes son las fuentes contaminantes", expuso.
En 2014 y luego de meses de mediciones y evaluaciones, la región consiguió un hito al lograr que tres sitios adquirieran certificación Starlight.
Esto quiere decir que hay tres puntos en la región que cuentan con condiciones ideales para la observación turística astronómica, por lo que la Unesco entregó la certificación.
Pero el mapa confeccionado por el doctor en Astronomía muestra cómo lentamente estos sitios son amenazados por la polución lumínica. Es más, la última medición se realizó hace cuatro años, por lo que es posible que las áreas Starlight ya estén afectadas.
"Hay estudios de Corfo que demuestran que Chile tiene un potencial económico con el astroturismo", puntualizó Unda-Sanzana. El astrónomo expresó que uno de los intentos para impulsar esta actividad fue la certificación Starlight, instancia que podría ser cuestionada si se efectúan nuevas mediciones.
"Si queremos cuidar el potencial económico que entrega la astronomía para la región, deberíamos partir siquiera por cuidar los puntos que nosotros mismos promocionamos", advirtió.
Pero junto con el astroturismo hay que evaluar la situación de los grandes observatorios de la zona norte, que involucran inversiones cercanas a los mil millones de dólares.
El astrónomo explica que cuando un observatorio internacional decide instalarse en un país, se realizan estudios que pueden abarcar unos diez o 20 años, para asegurarse de que todas las condiciones son estables.
"Tratan de proyectar qué pasará en los próximos 50 o 100 años. Si alguien se equivoca, puede ser un error que termine costándole su carrera. Si damos una señal clara de que estamos protegiendo los cielos, habrá mejores posibilidades de que esas inversiones lleguen al país", señaló.
En esa línea, el director del centro de la UA asesoró al diputado RN José Miguel Castro, quien esta semana logró que su proyecto para incluir la contaminación lumínica en las declaraciones de impacto ambiental, consiguiera la totalidad de los votos a favor en la Cámara de Diputados.
Ley aprobada
El parlamentario dijo que en febrero de este año, cuando era autoridad electa, asistió en Paranal a una charla de Unda-Sanzana, quien divulgaba el problema de la contaminación lumínica.
"Me percaté que no había ningún esfuerzo para enfrentar esto, más allá de un par de normas. Así que con mi equipo y la asesoría de Eduardo (Unda-Sanzana) confeccionamos una iniciativa para que los nuevos proyectos que se presentan declaren el impacto ambiental de la contaminación lumínica", puntualizó.
Castro expuso la idea en la Cámara y manifestó que la recepción fue transversal, lo que se reflejó en una "pantalla completamente en verde" al momento de la votación de la ley, es decir, fue aprobada por la totalidad de los diputados (130 votos).
El parlamentario al igual que el director del Centro de Astronomía de la UA argumentan que el proyecto de ley no pretende que las ciudades o las empresas iluminen menos, sino, que su uso sea eficiente.
"Estoy 100% a favor que las ciudades tengan más iluminación, lo que genera mayor seguridad. Sin embargo, queremos que la luz sea utilizada de forma correcta, que alumbre donde realmente se necesita y no se pierda en lugares donde a nadie le sirve", señaló Castro.
La iniciativa apunta también a uno de los problemas que durante los últimos años han retratado estudios científicos, debido a que el exceso de iluminación es perjudicial para la salud y el mundo animal.
Una investigación publicada en 2017 en la revista Science Advances, indica que según datos satelitales entre 2012 y 2016, a nivel global, las noches están siendo cada vez más brillantes, aumentando cerca de un 2%.
Gino Andrade, médico pediatra de la Unidad de Urgencias de Clínica Bupa Antofagasta, precisó que hay notorias diferencias al dormir con fuentes emitiendo luz.
"Uno tiene un reflejo condicionado de que cuando hay luz, se está 'operativo'. En cambio, con luz apagada y en silencio, el sistema nervioso disminuye su actividad, nos empezamos a relajar y nos dormimos tranquilamente, dijo el especialista.
En este sentido, explicó que influyen las luminarias exteriores que están cerca de los hogares. Sobre todo si son luces potentes como las del Estadio Regional. Quienes viven frente o detrás del estadio debiesen, si su dormitorio tiene ventanas y las luces del estadio lo iluminan, poner cortinas más oscuras o gruesas, con el fin de que sus ocho horas de sueño sean correctas y no dormir a sobresaltos o despertarse cada dos o tres horas por la luz que entra por la ventana".
Pero la polución lumínica en las zonas interiores de la región tiene como causa operaciones mineras o industriales.
En este sentido, desde la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA) manifestaron que lo importante es alcanzar un equilibrio entre las necesidades humanas y los sectores productivos.
"Como Asociación tenemos participación en la Mesa de Astro turismo, y reconocemos la necesidad de velar por una actividad que no sólo concentra al 40% de la infraestructura astronómica del mundo, sino que además deviene en una industria relevante para el desarrollo regional", expuso Fernando Cortez, gerente general de la AIA.
Esto, agregó, considerando los más de 820 mil turistas que recibe anualmente la región, por lo que "como región debemos ser capaces de hacer converger el desarrollo minero y de las ciudades con el fomento turístico, el respeto a la salud y al medio ambiente, velando por prevenir la contaminación lumínica a través de la innovación tecnológica, y sin que esto signifique entrabar proyectos que tienen un enorme impacto positivo para el empleo y los ingresos de la comunidad".
La evolución del fenómeno en la región
"Tres estudios mundiales de contaminación lumínica constatan cómo el fenómeno ha evolucionado en Antofagasta. La escala de color sube de negro a gris, azul, verde, amarillo y rojo, siendo estos últimos los más graves. La mejor comparación entre cada gráfica es observar los límites azules de cada panel, cada vez más cerca de los sitios Starlight. El comparativo fue confeccionado por el doctor en Astronomía Eduardo Unda-Sanzana, quien utilizó los estudios mundiales de Cinzano (1997), Lorenz (2006) y Falchi (2014)."
5.640 metros sobre el de observación astronómica del mundo estará en Chile en los próximo años. La Región de Antofagasta tiene algunos de los observatorios más importantes del planeta.
nivel del mar tiene el observatorio de mayor altura en el mundo y está ubicado en el cerro Chajnantor. El Tokyo Atacama Observatory (TAO) es un proyecto japonés se esperan que lleguen al país de formal anual al año 2025 por concepto de astroturismo. Las regiones de Antofagasta y Coquimbo son las mejores proyectadas en los cálculos.
1997
2006
2014