El alto desempleo con el que cuenta la región en la última medición del INE (8,4%), nos hace poner énfasis en cómo y por qué se da una realidad de esta envergadura cuando los principales yacimientos mineros están presentes en la zona.
Si bien podemos aludir a las fluctuaciones que se dan a nivel mundial entorno a la industria, hoy nuestra mirada debe estar enfocada desde la perspectiva regionalista, donde sumemos actores que quieran trabajar por el anhelado desarrollo y crecimiento de esta zona, que hoy figura con una preocupante cesantía de 11,1 por ciento en la comuna de Calama.
Es con este enfoque y ante las diversas externalidades negativas que presentan las jornadas excepcionales, que llegó la hora de limitarlas a través de acuerdos consensuados con las empresas, trabajadores y por su puesto el sector público, que en definitiva son los que arduamente trabajan en como revertir los negativos escenarios que se desprenden de estas mismas.
A modo de ejemplo hoy tenemos una millonaria fuga de recursos hacia otras zonas del país con los trabajadores conmutados, largas jornadas de ausencias por parte de los trabajadores en sus núcleos familiares.
Debemos contemplar que los largos ciclos de descanso favorecen que el trabajador realice otras actividades remuneradas, que obviamente hacen ilusorio el derecho a descanso.
Todos estos efectos podrían suplirse al modificar las jornadas excepcionales y así apalancar plazas laborales para bajar la alta cesantía en nuestras comunas, que claramente se han visto afectadas por la mano de obra foránea.
En síntesis es lograr consensuar el crecimiento y desarrollo de una región, privilegiando a quienes viven en ella.
Por ello debemos limitar el porcentaje de trabajadores con jornadas excepcionales que pueden existir en una faena: Es importante distinguir entre faenas de construcción de proyectos. Que tienen duración acotada y en las que puede resultar inconveniente introducir limitaciones, de las faenas en régimen en las que sí resulta posible plantear limitaciones.
Faenas que excedan los límites de trabajadores con jornadas excepcionales, debieran quedar sujetas a compensaciones en beneficio de las regiones.
Paulina Núñez,
Diputado