Ricardo Pinto Neira
River Plate tenía todo para conseguir su triunfo más importante de la historia. Tras igualar a dos tantos hace dos semanas en La Bombonera y sólo con fanaticada local en su cancha, necesitaban una ventaja mínima para levantar la Copa Libertadores frente al clásico rival.
Al frente, Boca Juniors viajaba hasta el Monumental del Barrio Núñez con el sueño de silenciar una fiesta preparada para el anfitrión. Pero no alcanzaron siquiera a vestirse.
La histórica final del torneo más importante del continente volvió a ser suspendida. Aunque esta vez fue la Conmebol la que decidió no jugarla debido a que había jugadores xeneises que ya estaban fuera del recinto, siento atendidos en clínicas, con cortes y mareos por culpa del gas pimienta.
Todo pasó apenas unas horas antes del encuentro pactado a las 17 horas de ayer. El microbús que llevaba a la delegación "auriazul" desde Casa Amarilla al estadio Antonio Vespucio Liberti sufrió una emboscada a algunas cuadras de su destino. Recibieron pedradas que quebraron ventanales, algunas de ellas con bombas de gas pimienta que los jugadores recibieron antes de llegar a la cancha visitante.
El escándalo fue mayor e incluso, repudiado desde el mismísimo camarín riverplatense que esperaba la definición. En un minuto, su técnico Marcelo Gallardo vino a poner cuotas de cordura cuando envió el mensaje al vestuario contrario. "Si no quieren jugar el partido, van a contar con mi apoyo", se filtraba a través de redes sociales como discurso intransable del "Muñeco".
Vergonzoso
La confusión era mayor. El partido que concentraba las miradas de todo el mundo debía jugarse y las señales de la Conmebol apuntaban a que habría juego a pesar de cualquier circunstancia externa a la cancha.
Dos suspensiones provisionales, una por una hora y otra por dos horas y quince minutos después de la hora pactada generaban la condena de figuras del mundo futbolero a través del mundo. Y peor aún, de los propios jugadores afectados en el mismo estadio.
Uno de ellos era el delantero xeneise Carlos Tévez. "Quieren jugar el partido y nosotros ni nos vestimos" decía "El pache" en la transmisión oficial de Fox Sports.
Finalmente, la presión pudo más y Conmebol decidió que se juega hoy, desde las cinco de la tarde. Habrá campeón, habrá final soñada. Pero la mancha y el bochorno mayor no lo va a borrar nadie.
horas de hoy se jugará el esperado partido en el Monumental de Núñez para definir al campeón. 17
terminó el primer choque de esta final. Si hay empate en el Monumental deben ir a los penales. 2 a 2