Litio
He seguido las informaciones relacionadas con el centro del litio. Al respecto solo me queda decir: Háganlo bien porque ahí están las ruinas salitreras. Que eso no vuelva a pasar. No puede volver a ocurrir.
Andrea González P.
Argentina
El gobierno argentino mostró su inoperancia al írsele de las manos el caso Boca-River. Vergüenza mundial. ¿Serán capaces de garantizar plena seguridad para la próxima Cumbre de Líderes G-20?
Max Cornejo Valdés
Música
Con motivo del Día Mundial de la Música, el jueves pasado, escuché un programa de fútbol. Había un concurso con las mejores composiciones musicales en torno a esa actividad. Hablaban de los mundiales recientes. De la "Mano de Dios" de Maradona. De Rod Stewart y su fanatismo por el Celtic de Escocia. Y luego de delirar con varios cánticos concluyen con "We are the champions" de Queen. "Fantástico" informe declara el conductor.
No soy experto en pelotas, pero al escucharlos no puedo dejar de pensar en Carlos Dittborn, Juan Pinto Durán, Ernesto Alvear, Fernando Riera, Julio Martínez, y otros que fueron capaces de organizar, de suyo, la mayor gesta deportiva del país: el Campeonato Mundial de Fútbol 1962 en nuestro modesto, pero honroso, por aquellos años, país. La épica aquella quedó plasmada a fuego en un tema de The Ramblers: El Rock del Mundial; lo cantamos y bailamos por décadas muchas generaciones.
Para los expertos deportivos de hoy ese himno deportivo no existe.
Gaspar Millas del Río
River-Boca
Lo más extraño que en un país donde se respira fútbol y ante la final soñada, a River le importaba más no perder ante Boca, frente a su fanática hinchada y, a su vez, Boca no quería ganar porque no sabía si podrían salir vivos del Monumental llevándose la Copa Libertadores.
Qué duda cabe que los únicos que lamentablemente ganaron fueron los inadaptados, según palabras del presidente de la Conmebol, quienes nos usurparon una memorable jornada del deporte más lindo del mundo.
Luis Soler Milla
Chile
Lamentablemente seguimos con problemas, se produce una gran colisión del Chile ideal, el de expectativa, aquel país de progreso, transparente, equitativo, seguro, donde las instituciones funcionan y donde todos el esfuerzo está focalizado en su desarrollo; con el Chile real, estancado, que no avanza, consumido por la corrupción, el que la brecha de los ricos vs los más pobres es más grande, un país sometido a la delincuencia, el Chile donde las instituciones están subyugadas a particulares intereses y el foco es la conveniencia de algunos, los menos, los que hacen mal uso de sus atribuciones, el Chile donde las instituciones que tiene el deber y la responsabilidad de defenderlo y cuidarlo, solo se concentran en sustraer sus recursos, de horadarlo para atender necesidades superfluas.
Emilio Calderón
Teletón
Estamos ad portas de una nueva Teletón, con su eslogan tan particular que hace que caminemos al banco o a las cajas instaladas a donar nuestro caritativo aporte y así juntando peso a peso, billete a billete, cheque a cheque, lleguemos a la meta.
Bien por Chile que se ha unido en una causa muy loable; quizás no hemos solucionado por completo un problema porque siempre van a existir discapacitados. Nuestra actitud debiera ser igual o similar para congregarnos en muchas otras causas que el chileno también sabe, pero hace la vista gorda.
Está el tema de la contaminación, en especial en localidades donde el olvido y el desinterés hacen que grandes empresas se instalen obviando la reglamentación ambiental. También los derechos de los trabajadores que poco a poco se les han ido quitando. Este gobierno quiere quitar el reconocimiento a los pueblos originarios por el derecho a su identidad y recuperación de las tierras usurpadas, en particular las del pueblo mapuche y también el derecho a las fuentes fluviales, en especial en las comunidades indígenas del norte; la verdad y la justicia en el caso de las víctimas de las violaciones de los derechos humanos en la dictadura, etc.
Todo esto conlleva, además, de una actitud, un compromiso tanto social como material, donde el Estado y la ciudadanía se comprometan para hacer que todos estos conflictos tengan una definitiva solución y digamos "meta cumplida".
Abelardo Campillay Caro