María Constanza Orellana
La División de Codelco, Chuquicamata, organiza cada año una celebración navideña en el que fue campamento minero.
La actividad se ha convertido en una tradición para quienes vivieron allí alguna vez. Es por esto que cada fin de semana previo a la Navidad, Chuquicamata abre sus puertas para recibir y abrazar a todos aquel que desee recordar la tradicional celebración.
En ella, los visitantes pueden disfrutar de diferentes actividades que se realizan a lo largo del día (sábado y domingo en esta oportunidad), y admirar el pesebre con animales reales instalado en la plaza Los Héroes del casco histórico.
Recuerdos
Quienes disfrutan de esta actividad, aparte de padres y niños que viven este momento, son los comerciantes que cada año reviven la magia de un Chuquicamata lleno.
Así es el caso de Nancy Zavala, secretaria de la Agrupación Hijos y Amigos de Chuquicamata y ex residente del lugar, quien se instala año a año con un stand de souvenirs restaurados, pues su familia recolecta objetos en los basurales de Chuquicamata para luego venderlos y participar de diferentes exposiciones.
Ante esto, Nancy expresa emocionada lo lindo que fue para ella y su familia desarrollarse ahí. "Me parece bien que se haga esta actividad porque hay que darle auge a Chuqui. Yo estoy agradecida del lugar, porque todo lo que tengo y todo lo que soy es gracias a Chuquicamata y me siento orgullosa de ver bien cuidado esto que queda. Se nota que hay preocupación porque está muy bien mantenido, a pesar que lo abren poquito, pero es mejor así porque no se echa a perder", dice.
Son cientos de familias las que recorren las calles del campamento y aunque algunos prefieren hacer una visita más tranquila en la mañana, cuando recién se abren las puertas, la mayoría decide vivir la verdadera fiesta en la tarde, pasadas las 17 horas, entre música y gritos, cuando el corazón del casco histórico ya está completamente poblado.
Entre recuerdos y añoranzas, esta tradición traspasa generaciones, pues son muchos los hijos, nietos y bisnietos de chuquicamatinos quienes participan y siguen formando parte de esta leyenda. Así lo señala Denise Barraza, una de las tantas visitantes al lugar.
"Es muy lindo poder vivir estos momentos con la familia y recordar todo lo que se hacía cuando vivíamos ahí. Es bonito reencontrarse con los viejos vecinos y ver cómo han crecido sus niños, algunos que incluso ya tienen hijos", dijo.
Seguridad
Esta es una actividad que muchos esperan con ansias todo el año y cada vez son más los que llegan a revivir la Navidad allí. Por lo mismo, quienes la organizan toman las medidas de seguridad necesarias. "Tenemos en este momento gente de protección industrial, unidad de rescate, porque trabajamos en conjunto con el policlínico. Contamos con vigilancia para todo el entorno, control del acceso para el flujo vehicular y tenemos además suministro de agua", dice Rubén Araya, gerente de Seguridad de la Mina Chuquicamata.
Ayer la jornada comenzó a las 10:30 horas, con la apertura de algunos edificios simbólicos como el Auditorio Sindical, lugar donde se muestra un video animado con la historia del campamento y sus navidades y finalizará hoy domingo con una misa en la parroquia El Salvador y el esperado carro del Viejito Pascuero de la Familia Lira, dueños de La Verbena, un bazar emblemático de Chuquicamata.
El carro aparecerá a eso de las 20:00 horas entre cientos de niños y niñas que esperan ansiosos recibir sus dulces navideños y algunos jóvenes entusiasmados por inmortalizar el momento.