Redacción
Los años transcurren y la ausencia se hace cada vez más dolorosa. No hay respuesta y menos consuelo para la desaparición de quien era, su pequeña hija. Un 12 de enero pero de 2007, Daniela Trigo salió de su casa en la población Independencia Norte para no volver más.
Cuando se cumplen 12 años de la desaparición, su madre Rosana Pizarro sigue en busca de consuelo, pero principalmente de respuestas a cada una de las interrogantes que sigue albergando en su corazón.
No encuentra explicación que permita comprender cómo una niña de 13 años, sale de su hogar para no ser vista nunca más.
Pizarro cree que hay gente que aún guarda silencio, sin dimensionar el dolor que causa con la decisión de ocultar a quiénes podrían ser los responsables de su desaparición.
"Yo tuve que vivir momentos muy duros e incluso, en algún momento, críticas de las policías. Me llegaron a decir que no me preocupara tanto, que mi hija andaban en las discos pasándola bien", relató.
Simplemente los años no han logrado aminorar su dolor. Volvemos nuevamente a su hogar y como si fuera el primer día, se emociona una y otra vez al hablar sobre Daniela.
"Era una niña, entonces nadie me puede hacer entender cómo se va y nadie más sabe de ella. Pero yo estoy segura que hay gente que sabe qué pasó con ella pero, por miedo, no quieren hablar y los entiendo, pero al menos que me envíen un anónimo, que me hagan saber dónde está mi hija, qué le hicieron", continúo.
La despedida
Los primeros años siempre albergó la remota esperanza de encontrar a su hija con vida, sin embargo con el paso del tiempo se resignó a su partida.
Hoy solo pide tener un lugar donde visitarla y despedirla como merecía. "Sé también que si la encontramos, es muy difícil de investigar qué le hicieron o qué fue lo que pasó con ella. Pero al menos quiero tener un lugar donde ir a verla, saber que de verdad partió", agregó.
Estuvo dispuesta a creer en todo, incluso en las cosas menos científicas. Necesitaba respuestas e iba donde pudiera encontrarlas.
Fue en este contexto que luego de los primeros cinco años, afirma haber recibido la visita de su hija.
"A mi Daniela se me apareció y se despidió. Desde ese momento yo supe que mi hija estaba muerta y que tenía que seguir luchando ahora por saber dónde estaba", mencionó.
Su padre falleció sin saber qué había ocurrido con su hija. Rosana no quiere que pase lo mismo con ella, quiere partir con la tranquilidad de haberla encontrado.
Cumpleaños
Enero es un mes tremendamente doloroso para Rosana. Su hija no solo suma 12 años desaparecida, sino que además en los próximos días cumpliría 26 años.
Su hermana melliza es quien más sufre su ausencia y desde ese enero de 2007, nunca más hubo un cumpleaños lleno de alegría, porque comenzó a faltar parte importante de su vida.
Rosana no ha querido bajar los brazos. A estas altura se aferra a un verdadero milagro para saber dónde está su pequeña Daniela.
Hoy ya no piensa en culpables ni busca responsables, más cuando para ella, esos decidieron quitarse la vida presos de la culpa.
"Primero se mató uno, luego el hermano y la última, la mujer que quería hablar conmigo para contarme todo, también se mató", agregó.
Ha golpeado todas las puertas y ha realizado todos los esfuerzos para encontrar respuestas, pero sabe que cuando no hay dinero, las opciones son menos.
"Es como que la gente con plata fuera más importante. Con mi hija todo se demoró, quizás si le hubieran prestado atención antes al caso, esto se hubiese resuelto de inmediato", remató.
Su casa está llena de recuerdos de Daniela. Es la forma que tiene de no olvidar su rostro, esa dulce cara de una niña de apenas 13 años que salió de su hogar para no volver más.
Sabe que hay quienes hablan mal, pero ella sigue con su lucha por encontrar a su hija, repitiendo una y otra vez, que solo ella sabe todo lo que ha vivido desde ese 12 de enero.
se cumplen hoy 26 años
desde ese sábado del año 2007 cuando salió de su hogar para no volver más. Desde ese día su familia ha dado una lucha inclaudiable por saber de ella. cumpliría Daniela en los próximos días. Desapareció cuando tenía solo 13. Su madre no pierde la fe de conocer en algún momento la verdad sobre lo que ocurrió con su hija y dar con su paradero.