El sistema de protección social de menores de edad en Chile ha cumplido un siglo desde su creación. La evaluación que hoy la sociedad chilena hace de este sistema de protección, deja en evidencia, la urgencia de pensar en uno nuevo en donde el prisma educativo, articulado por profesionales, ponga las necesidades de los niños, niñas y los adolescentes y sus familias en el centro de los nuevos objetivos.

Es por ello que el Presidente de la República, Sebastián Piñera ha presentado al Congreso Nacional una serie de reformas legales para crear dos nuevos servicios, uno dedicado exclusivamente a la protección de la infancia, y otro servicio público dedicado a la justicia juvenil y al trabajo con jóvenes infractores de ley. Una breve mirada histórica, nos lleva al inicio de la existencia jurídica que fue en 1912 con la promulgación de la ley de Protección de la infancia. El objetivo de esta ley era tomar en cuenta el abandono paterno, el abuso de los niños, y también la explotación de los mismos.

La muy tímida aplicación de esta ley se limitaba en los hechos, a "acoger" los niños e internarlos en casas correccionales. En realidad, estas casas eran centros de reclusión y en ella eran también albergados, los niños que habían cometido algún delito como los que eran enviados por sus propios padres.

Luego en 1928 se promulgó la ley N° 14.907 que estableció las bases para crear un dispositivo que concernía tanto a los niños que cometían delitos y aquellos que estaban en "riesgo".

Este modelo perduró por mucho tiempo. En 1967 una nueva ley introdujo algunos cambios en la organización del sistema de protección, pero conservó los mismos patrones. Es así que se creó el Consejo Nacional de Menores y la Policía de Menores. La nueva ley 16.618 que modifica la anterior ley N° 14.907 sobre menores, pone el énfasis en medidas de asistencia y protección de la infancia.

Y así sucesivamente hasta el actual SENAME. Por ello, como Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, en conjunto con el SENAME, y todo el Gobierno Regional liderado por el Intendente, Marco Antonio Díaz estamos trabajando con sentido de urgencia, tanto a nivel central como en la Región de Antofagasta, para que efectivamente los niños, niñas y jóvenes sean lo primero.

Admisión Justa denominó el gobierno al proyecto que busca incluir algunas modificaciones a una de las leyes emblemáticas del gobierno de Michelle Bachelet sobre la inclusión en la educación y que propendía a que todos los estudiantes tuvieran las mismas posibilidades de postular al establecimiento donde querían cursar sus estudios.

Y en la ocasión se aprobó aplicar un software computacional el que realmente discriminaba pero por criterios muy distintos a los conocidos hasta el año pasado. Se excluía de toda posibilidad la revisión del rendimiento escolar del postulante o de su nivel socieeconómico o una entrevista para conocer sus habilidades.

Finalizado el lucro en la educación el objetivo perseguido era que todos tuvieran la misma posibilidad de matricularse en los colegios emblemáticos, y los otros con el correr de los años serían nivelados en su educación de excelencia gracias al trabajo impulsado desde el ministerio de Educación.

Esta normativa terminaba con la selección en la que se definían escuelas o liceos para los estudiantes de buen rendimiento y otros para el normal del alumnado. Una discriminación por notas y la imposibilidad de lograr que todos tuvieran acceso a la educación de calidad.

Tras su puesta en marcha no fueron muchos los que quedaron conformes y los reclamos llegaron desde muchos sectores y agrupaciones de apoderados. Principalmente porque las postulaciones rechazadas derivaban arbitrariamente a otro establecimiento.

Se perdía el derecho a elegir donde poner a sus hijos para que completaran sus estudios y se dejaba todo en manos de un sistema computacional.

La actual administración piensa en corregir algunos aspectos, y claramente al hacerlos rompe el espíritu de la ley que es la no discriminación.

Si se modifica se posibilitaría la selección por rendimiento y se volvería a aglomerar en connotados establecimiento a los mejores.

El tema da para debate, porque las aristas son muchas y algunas de ellas tan atendibles como es la decisión de escoger donde matricular a su hijo, pero también está la de igualar las oportunidades.