51 años sirviendo a la comunidad
Este diario nos ha dado las herramientas y el impulso para extraer el valioso contenido espiritual y humano que posee el hombre.
Nuestro diario El Mercurio de Calama celebra el viernes cincuenta y uno años de vida, brillando como el lucero del alba el horizonte de nuestra Calama. Nace el 1 de febrero de 1968 en esta tierra generosa de "Sol y Cobre". Con no disimulada emoción aguardábamos vuestra llegada junto con entregarnos las herramientas para mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de nuestra Provincia El Loa, nos habéis dado la inmensa satisfacción de leer en sus páginas las profundas reflexiones de la más alta calidad de sus editoriales, cuanta razón y sabiduría en aquellos juicios. La tarea, sin duda reconocida por la comunidad toda.
Consciente estamos de la trascendencia que, para los habitantes de esta tierra generosa, tiene este magno acontecimiento que llena de orgullo y satisfacción nuestros espíritus, porque él cristaliza el futuro ciudadano con proyecciones promisorias.
El Mercurio de Calama ha creado, fomentado un espíritu de entendimiento entre los habitantes, no tiene frontera al momento de asumirla y de traducirla en acciones.
Su hermosa tarea a favor de tantas personas con problemas, y especialmente de los niños, constituye sin duda un elemento de dignificación humana de reconocida reputación y trayectoria, que los ciudadanos la valoramos en su justa dimensión.
Desde su fundación, ha tomado parte activa en el desarrollo cívico, social y moral de Calama donde ha germinado, así en el bienestar de sus propios habitantes.
Todo ello vuestra filosofía de bien común y solidaridad social tiene como propósito de trabajar por un mundo mejor, donde no existan ni persistan exclusiones de ningún tipo.
El trabajo profesional de sus integrantes, su envidiable autonomía y la enorme capacidad de sus miembros, hacen que el respeto y prestigio de que gozan sea la llave que les permite abrir muchas puertas y estar siempre, invariablemente.
Han pasado los años y el villorrio que supo de los sueños y esperanzas de sus pioneros, ha adquirido la fisonomía de ciudad en plenitud de desarrollo, hermanando a su desenvolvimiento físico geográfico las inquietudes culturales que marcan el nacimiento de un nuevo hombre del norte que busca nuevos derroteros, que piensa y que la felicidad está más allá del duro bregar, en las fuerzas inagotables del saber.
Arturo Mardones Segura,
Rotary Club Chuquicamata