Mantener una buena salud bucal en verano pasa por el autocuidado y la prevención
FACTORES. El 30% de las personas que salen de vacaciones deja de cepillarse los dientes. Entre los niños el riesgo mayor está dado por golpes o accidentes que generan traumas en su dentadura.
El verano es para la gran mayoría de los chilenos sinónimo de playa, piscina, viajes y tiempo libre para dedicarse al descanso, el ocio y la entretención. Por lo mismo, ésta es también la época del año en la que los habitantes de nuestro país más descuidan su salud general y, en especial, su higiene oral.
Según diversos estudios internacionales aplicables a nuestra realidad, cerca del 30% de las personas que salen de vacaciones dejan de cepillarse los dientes o abandonan parcialmente las rutinas de aseo bucal en ese tiempo, como parte de una actitud descuidada que además implica el consumo excesivo de alimentos y bebidas ricos en azúcares, a cualquier hora del día.
Este relajo tiene importantes consecuencias, siendo la más grave el aumento descontrolado de la placa bacteriana, que conlleva la aparición de caries y la inflamación de las encías.
No es de extrañar, por tanto, que en nuestro país casi la mitad de los niños presente caries en su dentadura al cumplir los cuatro años, cifra que llega al 70% en niños que tienen seis años o más. Y en los adultos la situación es aún peor, ya que más del 90% de ellos -hombres y mujeres por igual- tiene un promedio de doce dientes comprometidos y padece gingivitis o enfermedad periodontal.
Traumas
Otro aspecto a tener en cuenta en este período son las fracturas y pérdidas (avulsiones) de dientes debido a golpes o impactos, los cuales afectan a uno de cada tres niños con dentición temporal y a uno de cada cuatro jóvenes con dentición permanente.
Estos episodios pueden ocurrir en cualquier momento, pero su prevalencia se triplica en época de vacaciones, cuando los niños y adolescentes -más que los adultos, que registran una tasa de ocurrencia inferior al 5%- están expuestos con mayor frecuencia a traumas o caídas al jugar al aire libre, andar en bicicleta con sus amigos, tirarse "piqueros" en las piscinas y playas o realizar actividades de deporte aventura que conllevan cierto riesgo de accidente.
"Debemos tomar conciencia de que mantener una boca y dentadura sanas durante todo el año, y más todavía en vacaciones, depende en gran medida de la higiene y del autocuidado. La aparición y desarrollo de al menos dos de las enfermedades orales más prevalentes que existen, como son las caries y las periodonciopatías, está relacionada en parte con las conductas y los hábitos de las personas y, también, con ciertos factores de riesgo y de protección existentes en nuestra boca. La combinación de estos factores individuales con las conductas y los hábitos determinará entonces, en gran medida, la aparición y desarrollo de futuras enfermedades bucales o su inhibición. Este conocimiento es fundamental para tener un buen autocuidado", afirma la cirujano dentista María Paz Morán Herrera, odontopediatra especialista en Odontología Preventiva y docente de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
Cloro y agua salada
Un tercer asunto a considerar en materia de prevención de salud oral en las vacaciones de verano es el supuesto daño que genera la exposición prolongada de los dientes al cloro y la sal que contiene el agua de las piscinas y del mar. Sin embargo, para la mayor parte de los especialistas este hecho no tiene mayor repercusión.
"Con respecto al cloro que tenemos en nuestras piscinas, estamos frente a una exposición que no es suficiente para provocar algún daño en el esmalte. En las piscinas públicas se suele medir y controlar el tipo de los químicos que se echan en el agua, al igual que los niveles de acidez o alcalinidad que pudieran provocar algún grado de erosión dentaria por contacto prolongado. Lo mismo acontece con el agua salada, donde la exposición es de igual manera esporádica o mínima", acota la doctora María Paz Morán.
En este sentido, la académica de la Facultad de Odontología de la UV sostiene que las únicas complicaciones reales en este tema tienen que ver más con infecciones gastrointestinales causadas por bañarse en aguas contaminadas y con la irritación que pueda causar un exceso de cloro en las piscinas o el agua salada en la piel y en los ojos.
"En cuanto a salud oral, cualquier residuo químico que quede en nuestra boca después de bañarnos en una piscina o en el mar se elimina con un buen cepillado con pasta fluorada", precisa la docente.
Consejos básicos
Para cuidar de manera adecuada nuestros dientes y boca durante el verano, el primer consejo a seguir es acudir al dentista antes de salir de vacaciones para realizarse un chequeo preventivo y anticiparse así a cualquier problema.
Lo segundo es no descuidar la dieta ni la higiene bucal. Para ello, los especialistas recomiendan llevar un kit de higiene oral a donde quiera que vayamos y cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta fluorada. En los niños menores de seis años, el cepillado debe ser supervisado por adultos.
"También juega un rol esencial mantener la boca hidratada e ingerir alimentos saludables, como frutas, verduras y proteínas, alimentos integrales y ojalá bajos en azúcares refinados, ya que estos últimos y los carbohidratos son metabolizados rápidamente por las bacterias de la boca, bajando el pH bucal, lo que puede acelerar el proceso de formación de caries", asegura María Paz Morán.
especialista en Odontología Preventiva y docente de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
María Paz Morán,