Elecciones municipales
Se están aproximando las elecciones municipales y los partidos políticos, así como los Movimientos políticos de cualquier nombre y tendencia, deberán ir pensando sobre los futuros candidatos que presentarán y/o apoyarán.
Al respecto tengo una duda sobre lo ordenado por el DFL 4 de abril de 2017 (última versión marzo 1 de 2018), que modificó el texto refundido de la Ley Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos, N° 18.603, y que en la letra f) del artículo 29 señala o indica u ordena lo siguiente:
"(...) Al órgano intermedio colegiado le corresponden las siguientes
atribuciones: (...) f) Designar los candidatos a Presidente de la República, diputados, senadores, consejeros regionales, alcaldes y concejales del partido (...).
El órgano intermedio colegiado es el llamado o denominado Consejo General en los partidos políticos. No se menciona en artículo alguno en dicha ley, que esas designaciones para alcaldes y concejales, sean en base a las propuestas por los militantes de los partidos políticos de cada comuna, lo que llevaría a suponer o a deducir, que los candidatos que sean designados como tales, lo serán o serían en base a lo que decidan los integrantes de esos consejos generales.
Pienso -luego existo-, que le sería muy difícil ello -la designación-, a un Consejero de Punta Arenas [por ejemplo] que integre ese consejo general, conocer si es apropiado el o los candidatos de Calama o de Antofagasta. ¿Cómo decidirá ello con respecto a los candidatos de otras comunas? Porque a quién (o a quiénes) apoyará(n) para la designación de los candidatos por Santiago, o por Padre Hurtado, o por Alhué el o los consejeros de Antofagasta? ¿Conocerán ellos a alguno de los candidatos de esas comunas para ser designados?
Es una duda que surge al leer la ley. Sé que mi comprensión de lectura no es muy aceptable y, dado que no soy abogado, interesante sería que algún Órgano Ejecutivo e Intermedio Colegiado de la región pudiera explicar ello.
Carlos Escobar
Mujeres I
Hace poco más de dos siglos se comenzó a hablar de igualdad, libertad y derechos políticos para las mujeres y, pese al tiempo transcurrido, aún estamos al debe para lograr la tan esperada equidad. Las mujeres ganamos menos que un hombre y los planes de salud son más caros; si estás casada bajo el régimen de sociedad conyugal, es el hombre quien administra los bienes; nos jubilamos cinco años antes a pesar de tener una mayor expectativa de vida, etc.
Los 8 de marzo conmemoramos la lucha por la equidad de oportunidades, demanda legítima a la cual en los últimos años se ha sumado otra igual de fuerte y transversal, el rechazo a la violencia. Para lograr este necesario cambio, el país necesita que las iniciativas legales respecto a estas materias tomen protagonismo en el Congreso y que se aumente la fiscalización en el cumplimiento de normativas ya aprobadas. Extinguir las caricaturas, aprender de errores de la historia y flexibilizarse ante los cambios son parte de nuestra tarea como miembros de una sociedad en la que hombres y mujeres buscamos lo mismo, dejar a nuestros hijos un mundo mejor.
Carmen Gloria Arroyo, socia defensafamilias.cl
Mujeres II
La conmemoración del 8 de marzo no es un día para celebrar. Lamentablemente nos recuerda un hecho de brutal final cuando 120 mujeres trabajadoras textiles fueron asesinadas mientras marchaban por mejoras laborales en Nueva York en 1857. Solo 118 más tarde, en 1975, la ONU lo oficializa como el Día Internacional de la Mujer. Sin embargo, a nivel nacional, aparte de este día, no hay fechas trascendentales para resaltar la valiosa labor de nuestras valientes chilenas.
Hoy, quiero resaltar a aquellas que no son mencionadas a pesar que cumplió un rol fundamental en la conquista del desierto. La mujer que aceptó dejar la comodidad de su hogar, con siembras y agua, para acompañar a los aventureros. La mujer que confió y siguió por amor a su hombre.
Sabido es que el primer poblador moderno en tierras extranjeras, en la época, fue el chileno Juan López, pero no llegó solo a instalarse con una rústica carpa al frente de los roqueríos de lo que hoy es el Hotel Antofagasta. Llegó con su mujer y el hijo de "esta". "Esta" porque su nombre no era importante registrar por los historiadores de la época.
Y desde ese 1866, con cambios políticos y administrativos, la mujer migrante chilena se instala definitivamente para colaborar a aquellos que comenzaron a poblar y explotar los minerales que, hasta el día de hoy, son el sustento del país.
De esa valentía a enfrentarse a los desconocido, nacen las Cantineras, las mujeres enfermeras y soldados durante la Guerra del Pacífico. De esas mujeres heredamos la resiliencia, la fortaleza, la voluntad y, por sobre todo, la valentía para enfrentar los obstáculos naturales, sociales y culturales que persisten hasta el día de hoy.
A ellas, las forjadoras de nuestra historia, admiro y recuerdo.
Ana Olivares Cepeda