"Hago algo que realmente me gusta y es mi pasión"
TALENTO. Este joven fomenta la práctica del folclor en varias agrupaciones de Calama, enseñando desde hace 16 años a niños, jóvenes y adultos. VOCACIÓN. Desde niña ha estado trabajando por las personas más vulnerables, como los que viven en la calle o en los campamentos de Calama.
Durante 16 de sus 34 años, la vida de David Andrade ha estado ligado al folclor. Sus inicios se remontan cuando ingresó a la agrupación Aires de Chile momento en el que descubrió su pasión por el baile.
En la actualidad, Andrade es uno de los jóvenes más destacados en esta disciplina artística, se desempeña como monitor y coreógrafo de las academias del liceo bicentenario "Diego Portales", así como también de la escuela diferencial F-33 "El Loa".
También es el líder de las agrupaciones "Esencias del Loa", en el que participan niños y niñas entre los 3 y los 16 años. "Calavalle", cuyos integrantes son adultos jóvenes y "Chañares de mi tierra", que lo conforman adultos.
Además, hace dos años, es el secretario de "La voz del Loa", organización que reúne a la mayoría de las agrupaciones folclóricas de Calama
David es un joven inquieto y que siempre está en la búsqueda de nuevos conocimientos, para luego poder compartirlos con sus alumnos.
Cuenta que durante el verano viaja hasta Concepción para seguir estudiando en la Escuela Nacional del Folclor (Enafo), también comenzó a tomar clases en la academia de la Universidad de Chile en Santiago.
"Siempre estoy buscando o averiguando nuevas instancias donde uno poder estudiar, saber un poco más, si estoy en lo correcto, por ello tengo varias certificaciones", comentó.
Experiencias
Debido a su labor como folclorista, él y sus alumnos han participado de diversos encuentros nacionales e internacionales.
Es así como, por ejemplo con la academia del liceo Diego Portales, tuvo la oportunidad de bailar ante la exPresidenta de la República, Michelle Bachelet y en agosto viajarán hasta Quinteros.
Con "Calavalle", viajaron el año pasado a participar de un encuentro en Salta, Argentina.
Inclusión
Uno de los desafíos más importantes de David Andrade es la academia de folclor que tiene desde hace 12 años con los alumnos de la escuela diferencial F-33 "El Loa".
Allí llegó con el objetivo de entregarle a los estudiantes, entre los que estaba su hermana, una alternativa de aprendizaje que los motivara y en el que pudieran potenciar sus capacidades.
Durante los primeros cinco años, trabajó a honores es decir, si recibir un sueldo.
Andrade está orgulloso de los logros que han obtenido los alumnos y alumnas que participan de esta academia al interior de la F-33 y destaca que con el baile mejoran su autoestima y concentración.
Agrega que el folclor es inclusivo y que existen diversas agrupaciones en las que participan personas con discapacidad.
Recalca que no hace ninguna diferencia. "Para mí son personas normales trabajamos exactamente lo mismo como yo trabajo en cualquier conjunto, no hay un trato especial".
Este grupo ha participado en distintos encuentros nacionales por lo que han viajado a Puerto Montt, Hijuelas, Chimbarongo y próximamente estarán en Iquique.
"Para mi ayudar es una responsabilidad"
Fue a los 13 años al ingresar a la pastoral juvenil, en la catedral San Juan Bautista de Calama, cuando Natalie Gálvez descubrió la necesidad de ayudar a las personas más vulnerables.
Entre sus principales actividades está el trabajo voluntario que realiza, junto a otros jóvenes, con las personas que viven en la calle.
"Eso me ha marcado mucho", comenta Natalie quien además decidió profesionalizar sus ganas de ayudar y estudió técnico en Trabajo Social.
Actualmente, también trabaja en la pastoral social Cáritas Calama, perteneciente a la Diócesis de la comuna. Allí dice que se encontró con otro grupo de personas vulnerables, las familias que viven en los campamentos.
Comenta que desde niña ha estado ligada con la acción social, participando de diversos voluntariados en instituciones de educación superior, en el programa líderes por Calama y también durante las campañas de Teletón. "Para mi ayudar no es un hobby, es una responsabilidad", destacó Gálvez.
Explica que su vocación social también se formó gracias al programa "Somos" que realiza una empresa minera de la región y que ya se encuentra en el segundo nivel.
Entre lo que gracias al programa le han enseñado, destaca la forma en la que se debe tratar a las personas vulnerables, cómo llegar a ellas y también como ejecutar proyectos para obtener financiamiento y se puedan ejecutar.
Historia de vida
Natalie dice que uno de los hechos que más le marcó su vida fue con el caso de una persona que vivía en la calle, conocido como "Bin Laden", quien el año pasado fue golpeado de forma brutal y que ella junto a sus compañeros, lo encontraron tres días después en muy malas condiciones.
"Me marcó mucho, estuvimos con él casi una semana un día estaba bien, un día estaba mal nos costó buscar a los familiares. (...) yo vi cómo las personas lo miraban feo". reflexionó y agregó que eso fue un motivo más para seguir ayudando a los indigentes que están en Calama.
Debido a un proyecto que está ejecutando en Cáritas Calama, ha tenido la oportunidad de ver más de cerca la realidad de quienes viven en los campamentos.
Señala que ve a familias de venezolanos que llegaron con lo puesto hasta Calama y donde no encontraron otra opción más que instalarse en esos sectores que no cuentan con los servicios básicos.
Respecto a sus planes futuros, Natalie comenta que siempre estará trabajando en el área social, con las personas que más lo necesitan.
Tiene en carpeta ejecutar un proyecto social ya sea con la gente que vive en las calles o alguna iniciativa que ayude a los adultos mayores, "porque siento que ellos están muy abandonados".
Finalmente, Natalie hace una reflexión y un llamado a las personas, a no ser egoístas y preocuparse de quienes tienen a su lado "Esto es un llamado a la comunidad un llamado a que vean más allá, que no se centren en su zona de confort que vean a las personas, que pregunten cómo están o si necesitan algo".