Los primeros años de Chile en el diario de María Graham
Con nuestra nación en ciernes, Maria Graham decide residir en Chile y registrarlo para siempre.
"Diario de mi residencia en Chile" (Penguin Clásicos) parte con anotaciones del duelo que le impedían escribir. Pero pronto la viuda se levantó como Ave Fénix. Instalada, registró todo. Donde iba, viajaban sus palabras. Sus anotaciones muestran una ciudad puerto diversa y con una configuración distinta. Destaca la burbuja económica:
"Es asombroso el número de pianos importados de Inglaterra. Casi no hay casa en que no haya uno, y el gusto por la música es excesivo: muchas jóvenes tocan con destreza y gusto, aunque pocas se dan el trabajo de aprender por método, confiando enteramente en el oído".
Paradójicamente, Valparaíso aparece en el diario como una ranchería. Ir al centro era rodear las malezas. María se integra al entorno pese a encontrarlo más rústico que a las colinas de Escocia. Su propia conducta aleja este diario del formato íntimo. Más bien es un modelo de liberación de la mujer por voluntad científica.
Mención aparte merece su "dama de servicio", que en su inteligencia de lo cotidiano le permitió conocer profundamente el puerto. Graham detecta de esta forma la huella española, se consigue caballos, todos la atienden y la acogen.
Con su pluma describe vestimentas y clases sociales; muestra el salón y los pobres. Se hace parte incluso de la fabricación de artesanías. Participa en la fiesta religiosa de Nuestra señora del Pilar, de marineros. Es notable su descripción de la flora, pues uno de sus intereses más desarrollados era la botánica, la que se aprecia en sus dibujos magistrales.
Anota también los desastres, los terremotos: "Nos llegan noticias de que la grande y poblada ciudad de Quillota es un montón de ruinas, y Valparaíso poco menos".
María asiste a la iglesia, viste a la inglesa destacándose como "la viuda" en el entorno. También puede realizar analogías por su conocimiento de otros lugares del mundo. Ya en 1808 había estado en India con su padre y publicado un diario anterior con esa estadía en 1812.
Porque, como informa la escritora Diamela Eltit, Premio Nacional de Literatura, en el prólogo de esta edición, "María Graham era ya una escritora de viajes e ilustradora con una reconocida trayectoria en Inglaterra cuando se dedica a documentar su estancia en Chile bajo la forma de un diario. Su texto puede ser entendido como una crónica o un testimonio o quizás habría que pensar en una conjunción de cada una de estas vertientes literarias que comparecen para organizar uno de los relatos más interesantes escritos a principios del siglo XIX. Precisamente, su alta capacidad de observación detallista es lo que posibilita una gran cercanía con el texto, tal como si su lectora o su lector la acompañara en cada uno de los recorridos".
"…sin embargo, el Diario es verídico, verídico en lo que se refiere a la naturaleza de las cosas, verídico en cuanto a los hechos, y verídico, por fin, con respecto a un sentimiento mejor, que en algunas ocasiones suele dictar líneas de tedio y sufrimiento. Esta veracidad es la que me comprometo a observar en las páginas de mi Diario".
Henri-Frédéric Amiel, suizo reconocido por su "Diario íntimo", define el diario "un engaña-dolor, un derivativo, una escapatoria", y Graham encontró una efectivo lugar donde depositar el dolor de su pérdida.
Parte de lo notable del documento son sus relaciones con lo que hoy llamamos próceres. Como afirma Diamela Eltit: "Sus encuentros con el Director Supremo, Bernardo O'Higgins (de ascendencia paterna irlandesa), marcan los momentos más importantes del relato. María Graham se transforma en una testigo confiable y privilegiada de un personaje histórico que es fundamental en la construcción de la nación".
En su diario describe al argentino José de San Martín, clave en la independencia de Argentina, Perú y Chile, entregándonos detalles propios de la observación directa:
"Los ojos de San Martin tienen una peculiaridad que sólo había visto antes una vez en una célebre dama. Son oscuros y bellos, pero inquietos; nunca se fijan en un objeto más de un momento, pero en ese momento expresan mil cosas. Su rostro es verdaderamente hermoso, animado, inteligente".
El más cercano de los próceres es un extranjero de su nacionalidad: Lord Cochrane. Justamente el marino inglés conoció años antes a Thomas Graham por lo que tomó "bajo su protección" a María Graham.
Juntos se fueron a Brasil. Según Esther Edwards, que le dedicó una biografía novelada a la viajera, hubo entre Graham y Cochrane un romance en que ella "perdió toda objetividad y asumió sus causas como propias". Abandonó Brasil en 1825 y de vuelta en Inglaterra vivió en un barrio de artistas plásticos donde se encontró con August Callcot, con quien se casó. En adelante sus obras son firmadas como María Callcot. "Little Arthur's History of England" es su obra más conocida de esa etapa final de su escritura, incluso traducida al francés y que tuvo varias reediciones en Inglaterra durante el siglo XX. En ella cuenta historias fundacionales de su país a un niño, con altas dosis de patriotismo.
retrato de Maria Graham pintada en 1819 en italia por sir Thomas Lawrence.
"Diario de mi residencia
en Chile"
Maria Graham
Penguin Clásicos
140 páginas
$14.000
Por Cristóbal Gaete
Ningún relato sobre los comienzos de Chile ha sobrevivido tanto como el de la inglesa María Graham (1785-1842). Llegó en 1822, tras el fallecimiento de su marido, el comandante Thomas Graham en el Cabo de Hornos. Le ofrecieron regresar a Inglaterra, pero prefirió quedarse. Su barco, el Doris, volvió desde Valparaíso el 28 de abril de 1822, sin ella.
El diario y los próceres
El género diario, habitualmente considerado menor tiene una larga tradición en otras lenguas. Según especialistas como Leonidas Morales nació como una revisión íntima y una práctica de la vida cotidiana ligada a la Reforma y la Contrarreforma. María Graham maneja los códigos del género:
"María Graham es un modelo de liberación de la mujer por voluntad científica".
wikipedia