Doble vía ¡Ahora!
Es urgente resolver la conectividad de una doble vía entre Antofagasta y Calama. Lo acaba de decir el ex presidente del Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta.
Remarca la importancia de la seguridad y de la vida en la ruta 25. Añade que esta no puede convertirse en una materia política, ni partidaria, ni en favor de un grupo.
Efectivamente, esta es una discusión de altura. Los derechos, garantías fundamentales y ambientales deben preservarse. Pero, no corresponde judicializar este tema. Las autoridades ambientales deben hacer su tarea, pero también el MOP y el proyecto no puede seguir parado, por esta ni por otras causas.
Circular por la ruta 25 es un peligro. Corresponde iniciar los trabajos a la brevedad, protegiendo el patrimonio histórico, ambiental, paleontológico y también humano, pero sin tejos pasados.
Hay que saber resolver los conflictos y debemos estar a la altura de los desafíos, para que la segunda región, Antofagasta, Sierra Gorda, Calama, tengan finalmente su doble vía desde el desierto al mar.
La ciudadanía espera un pronto dictamen de la justicia ambiental que dé luz verde a la nueva ruta 25.
Lautaro Aguirre
Educación municipal
El hecho que la mayoría de los colegios dependan de las municipalidades es una aberración. Esta ominosa herencia, desde el tiempo de la dictadura, cuando el Congreso fue clausurado, no ha sido modificada.
Nuestro país tiene un Ministerio de Educación, cuya obligación y deber es velar por el prestigio de la enseñanza a través de las escuelas públicas que existen a lo largo de Chile. Mal pueden contratar, controlar, despedir y remunerar a los cientos de profesores que ejercen en nuestro país, una entidad llamada municipio, alcaldesa y ediles, cuya labor fundamental es mantener en forma adecuada y segura las plazas, calles, edificios públicos, ornatos y todo lo relacionado con la urbanización de los pueblos y ciudades. ¿Que diría el Colegio Médico y otros si de la ilustre municipalidad dependieran sus colegiados?
Renato Norero Valenzuela
Foro de Sao Paulo
El Foro de Sao Paulo celebrado en Caracas causó repercusión. El progresismo latinoamericano cerró filas tras el dictador Nicolás Maduro y, cómo en todo orden de cosas, había un chileno: el senador Alejandro Navarro, quien además es el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado. No es novedad la idolatría de éste por el socialismo, lo que preocupa es el cargo que ostenta y la defensa dogmática de un régimen que lleva casi siete mil ejecuciones extrajudiciales.
¿Cómo es posible compatibilizar la presidencia de una Comisión de Derechos Humanos y, al mismo tiempo, desacreditar los informes que han condenado por lesa humanidad al dictador venezolano? A un ciego, mal se puede mostrar un camino.
José Luis Trevia
El sillón de don Otto
A propósito de que volvió la idea de trasladar el Congreso a Santiago, es oportuno considerar que es de tal magnitud la presencia obligada de asesores en el día a día en nuestro Congreso en Valparaíso, que tienen por función apuntalar la labor de los parlamentarios en lo relacionado a "Representar, Legislar y Fiscalizar" (Lema de la Cámara de Diputados), que en una de esas tenga razón el senador Jaime Quintana, presidente del Senado, cuando dice: "Perfectamente se le puede dar otro uso al edificio en Valparaíso". Y claro, los parlamentarios en Santiago y los asesores en Valparaíso, estos últimos más cómodos y en el lugar que desde hace bastante tiempo los ha convertido en insustituibles. Si ya muchos piensan que son los que realmente legislan, fiscalizan y, aunque usted no lo crea, nos representan, siendo que ningún chileno los haya votado directamente.
Parafraseando el viejo chiste de Don Otto, el del sillón, en vez de buscar las verdaderas razones de por qué nuestro Congreso tiene una tan paupérrima imagen ante la ciudadanía, como solución, simplemente lo quieren cambiar de lugar. Un dato muy importante: en el chiste de Don Otto, a pesar del cambio de lugar del sillón y como era de suponer, todo siguió igual.
¡(Casi) Siempre todo cambio es para mejor!, pero hay excepciones...
Luis Soler Milla
Traslado del Congreso
Nuevamente se escuchan voces del traslado del Congreso a Santiago. Lo mejor sería no armar tanta alharaca y que se vayan de una vez por todas.
Valparaíso es una ciudad de gente esforzada y trabajadora y no necesita contar con "honorables" como Navarro, Florcita y muchos más que enrarecen el ambiente y le hacen mal al puerto.
Jorge Baeza Concha