Hace seis meses el Presidente Sebastián Piñera lo dijo fuerte y claro, hay que hacerle una cirugía mayor a la salud, lo que no sólo implica la creación de nuevos hospitales y mejores infraestructuras, sino que también abarcar políticas públicas que vayan en directo beneficio de todos los ciudadanos, pudiendo entregar garantías reales al momento de enfrentar algún tipo de enfermedad. Es por ello la importancia de Auge 85, que firma un compromiso férreo por nuestros ciudadanos y nuestra clase media.
Auge 85 incorpora cinco nuevas patologías al plan auge, Alzheimer y cuatro tipo de cáncer: pulmón, tiroides, renal y mieloma múltiple, mostrando el compromiso de nuestro Gobierno del Presidente Piñera. Iniciativa que nace, no solo escuchando las necesidades de nuestros ciudadanos, sino que también generando instancias concretas asegurando el acceso, la oportunidad, la calidad y protección financiera en caso de ser afectados por alguna de estas enfermedades.
Es por eso, que tras seis años de espera, nuestro Gobierno cumple con aumentar la incorporación de nuevas patologías, iniciativa que no se realizaba desde 2013 durante el primer periodo, cuando incorporamos de 69 a 80 enfermedades. Hoy hemos escuchado el sentir de nuestra clase media.
Auge 85 es un tremendo logro como país y como región, ya que hemos puesto en el corazón de nuestro Gobierno a la clase media, no solo con la incorporación de estas nuevas patologías, sino que también, con el aumento de profesionales al servicio de nuestras necesidades, tal y como lo ha señalado el intendente Marco Antonio Díaz debemos generar políticas integrales. Es por eso que a la cobertura del Auge se suma la incorporación de más geriatras al sistema de salud y también la atención preferente para nuestros adultos mayores y personas discapacitadas. Todo esto, hoy se traduce en una región de Antofagasta que contará con garantías de acceso, oportunidad, calidad y protección financiera, ya que, la atención en salud irá desde el copago cero hasta un máximo de 20% del total de la prestación, según el sistema previsional al que la persona pertenezca.
Esta ampliación se hizo siguiendo los criterios de priorización que consideran la cantidad de población afectada por la enfermedad, los años de vida saludable que significa vivirla, la existencia de tratamientos para intervenir y la capacidad con la que cuenta tanto el sistema público como el privado de atender con igualdad a la comunidad.
Francisco Salazar,