Adultos Mayores, tesoro de nuestra sociedad
Nos gustaría que en cada una de nuestras familias los abuelos y abuelas tengan un lugar de privilegio.
El martes 1 de octubre se celebró el Día Internacional de los Adultos Mayores. Qué bueno que exista una oportunidad para poner atención y promover esta etapa de la vida a la que inexorablemente nos encaminamos todos desde el mismo momento en que nos dieron a luz.
Hablar de los adultos mayores es un presente, porque ya no podemos decir que en nuestra sociedad es un pequeño grupo de personas, hoy representan según el censo del 2017 más del 16 por ciento de nuestra población y se estima por parte del INE que en el 2050 la esperanza de vida superará los 80 años para los hombres y cerca de los 90 años en las mujeres.
Estos son -sin duda- datos, pero detrás de ellos existen personas y es aquí donde quisiera detenerme e invitarles a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos todos de brindar a nuestros adultos mayores una mayor atención, devolverles la dignidad que muchas veces se ve atropellada, porque se les considera estorbo.
Se reconoce que avanzamos en Chile para mejorar su calidad de vida, hoy existe el Senama, organismo gubernamental cuya principal tarea se enfoca en la generación de diversos programas orientados en la promoción de las personas de la tercera edad, pero aun falta mucho por hacer y debe partir desde nuestras familias. Quisiéramos que en cada una de ellas los abuelos y abuelas tengan un lugar de privilegio, no arrinconados o descartados del corazón. Nuestros viejitos durante sus años de juventud y madurez con más o menos herramientas fueron trazando nuestra historia familiar y su experiencia vale la pena sea mejor considerada.
El Papa Francisco a quien recurrimos con regularidad como líder y guía espiritual de nuestra Iglesia y la mayoría de los pontífices que le precedieron, son y han sido un ejemplo de que la edad lejos de apartarlos de su tarea es un factor fundamental en su misión, nosotros reconocemos esa experiencia y agradecemos la lucidez con la que nos orientan. Ojalá que, en cada una de las organizaciones, instituciones y en todos los ámbitos en los que se requiera de un líder, éstos sean personas en que la edad nos sea una limitación, sino una fortaleza.
Cuidemos y valoremos a nuestros adultos mayores y como dice el Papa Francisco, son el tesoro de nuestra sociedad.