Miles de perros vagabundos merodean por las calles y las casas deshabitadas de la quebrada Detroit, reemplazando a los residentes, amenazando a los seres humanos que siguen viviendo allí y superando la capacidad de la ciudad para hallarles un hogar o una muerte serena.
Se han encontrado guaridas de veinte canes en las casas abandonadas de la comunidad de 700.000 habitantes que en otro tiempo albergara a 1,8 millones de personas. Un oficial de la división de control animal del Departamento de Policía recordaba a una jauría que se bañaba en un sótano inundado luego de que los ladrones arrancaran las cañerías de agua, citó Bloomberg.
"Los perros se divertían como en una fiesta en una piscina", dijo Lapez Moore, de 30 años. "Entramos y los sacamos".
ECONOMÍA
La pobreza castiga a la "Motor City" y muchos perros han quedado a la buena de Dios, abandonados por dueños con dificultades económicas o sin conciencia sobre el debido cuidado. Los perros vagabundos han matado mascotas, mordido a los carteros y atestado los refugios para animales, donde más del 70% de ellos son sacrificados. Hay más de 50.000 perros merodeando la ciudad, dice Harry Ward, jefe de control animal.
"Tener esos grandes espacios abiertos con casas vacías es como haber armado una situación que causa problemas con los perros", dijo Ward.
Sufrimiento simbiótico
La cantidad de perros vagabundos habla de una crisis humanitaria, señaló Amanda Arrington de la Humane Society of the United States, con sede en Washington. Arrington dirige un programa que donó US$ 50.000 a una serie de organizaciones de Detroit y otras nueve ciudades para que se vacune, se alimente y se castre a las mascotas.
Arrington contó que, cuando viajó a Detroit en octubre, "la ciudad parecía post-apocalíptica, ya que no hay empresas ni ninguna otra cosa salvo personas en las casas y perros corriendo por ahí".
"El sufrimiento de los animales va de la mano del sufrimiento de la gente", agregó.
Detroit, antes un pujante centro de fabricación de automóviles, se declaró en quiebra el 18 de julio tras años de decadencia.