Quedan pocos minutos para que Cobreloa se enfrente a La Equidad y en medio de los trabajos precompetitivos, el entrenador minero se lleva una emoción que no esperaba.
Uno de los emblemas del cuadro minero de los "80, que formó parte de la génesis de "los zorros del desierto" en el profesionalismo y que por esos destinos de la vida se alejó del fútbol llegaba a saludarlo.
Fue fraterno y hasta emocionante el reencuentro entre Jorge "Chicho" García y Armando Alarcón, el "Papa Frita", como lo conocían en Calama. Aquél volante de contención que ganó campeonatos, jugó finales de Copa Libertadores y se dio el lujo de quedar en la lista dorada de la institución.
Y el taltalino no oculta su alegría. "Chicho es un gran amigo mío, así es que me dio mucha alegría verlo y saber que está él a cargo del club. Es uno de los jugadores con los que compartimos gran tiempo en ese Cobreloa de los "80. Me llenó de orgullo verlo acá, a cargo del equipo".
Y es más, Alarcón agrega que "nos emocionamos montones. Si hasta unas lágrimas corrieron. Lo que pasa es que éramos bastantes amigos y ver a los compañeros de esa época trae a la mente momentos muy gratos. Porque fueron más de esos que las amarguras vividas".
Alarcón confiesa que "la otra vez pude estar en el partido frente a Peñarol y claro, uno se recuerda de esos amigos uruguayos que el fútbol te fue dejando. De Lucho Garisto, de Jáuregui, lamentablemente falleció Ladislao Mazurkewicz, que era todo un caballero, y de otros como Correa, Pedetti, Washington Olivera, Jorge Luis Sirvieron... Tantos jugadores que el fútbol me permitió conocer y con los cuales, después de compartir entendí que más que futbolistas, eran muy buenas personas. Sin duda, gratos momentos que se me vinieron a la cabeza", confiesa.
Un hincha más
Alarcón está alejado del club en lo material pero sigue siendo un cobreloíno de tomo y lomo.
"Imagínese. La vida quiso que yo fuera jugador profesional sin siquiera habérmelo planteado. Fue para el funeral de mi abuela en que un entrenador que yo conocía me dijo que necesitaban un jugador para reforzar a la selección de Codelco y yo acepté si es que me conseguían un trabajo", explica.
Y así fue. El oriundo de Taltal entró a trabajar en la estatal, participó en selecciones como la de Chuquicamata y empezó a estabilizar su vida. Corría el año 1976.
"Un año después nos dicen que Cobreloa iba a estar en el fútbol profesional y pude pasar todas las selecciones de jugadores que se hicieron. El fútbol es ingrato pero a mi me tocó vivir esa suerte y siempre seré un agradecido de ello", confiesa.
Por ello, asume que su sentimiento por el club es especial. "Siempre cuando juega Cobreloa para mi es importante y los apoyo. Mis hijos son cobreloínos y de verdad, sólo espero que a "Chicho" (García) le vaya muy bien porque este club necesita recuperar lo que fue en esos años y hoy está cerca de hacerlo", afirma en la despedida. Alarcón sigue teniendo el escudo de los loínos muy pegado al pecho...
El recuerdo de "Chicho" García
El entrenador minero Jorge García tiene los mejores recuerdos de Alarcón. Fueron compañeros en el equipo que obtuvo títulos en la década de los "80 y además de compartir el terruño los unía una amistad de camarín. "Éramos todos amigos en ese tiempo y Armando siempre tuvo una actitud positiva con el resto. Nunca hubo diferencias entre los que llegaban de afuera o como él, eran de la zona. Ese plantel era todo un grupo unido", recordó.