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Rodeo en Calama: Pasión criolla en medio del desierto

tradiciones. En 57 años de existencia el Club de Rodeo de Calama, hace patria en medio de la aridez de nuestra geografía, y hace historia en una ciudad que pese a las adversidades, mantiene vivas las costumbres más típicas de Chile.
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A mediados de la década de los años cuarenta, y cuando Calama literalmente era un "oasis", un grupo de amantes de las tradiciones criollas, y que procedían en su mayoría de sectores campestres de nuestro país, principalmente de localidades al interior de la Cuarta Región, se daban cita para desarrollar y compartir en torno a juegos y actividades costumbristas.

No pasó mucho tiempo para que incluyesen al rodeo en sus jornadas de entretención, y gracias a su interés por practicarlo permanentemente fundaron, un 4 de junio de 1954 el Club de Rodeo de Calama. El segundo más antiguo de Chile, y en el desierto más árido del planeta. Todo un mérito para esos "huasos", que hacían patria en la inmensidad del territorio más seco del cual se tenga conocimiento.

"Sin duda alguna fue un gran acontecimiento para un grupo de "huasos nortinos", que fundaron una de las instituciones que pese a las adversidades climáticas, de contexto y también de raíz, porque acá es predominante la cultura andina, logran instalar la pasión por el rodeo chileno, y que hasta hoy se mantiene", reflexiona Jorge Cortés, actual presidente del Club de Rodeo de Calama.

Tras su fundación, fue Pedro Espinoza el primer presidente del Club de Rodeo, quien acompañado por sus amigos y miembros del incipiente círculo, comenzaron una labor por dar vida a una media luna, y también a incentivar el creciente interés por el deporte que era practicado, hasta ese entonces, sólo en zonas huasas del país.

Aunque no existen crónicas detalladas de cómo se desarrolló en posterioridad la actividad del rodeo en Calama, sí existe el relato de quienes lo vieron crecer desde adentro, como el caso del su actual presidente que comenta que a mediados de los años sesenta, esta actividad criolla generó no sólo mucha adhesión, sino que también fue parte de la vida de muchos miembros que llevaban a su hijos a ver y compartir, y que hoy son éstos los que precisamente lo mantienen vivo.

"De niño recuerdo que todos los miembros llevaban a sus hijos a la media luna del rodeo. Ahí nos conocíamos, y ante todo nos hacíamos parte de una familia, que lo pasaba bien. Que compartía mucho, y que anhelaba muchas cosas para mejorar la actividad", confiesa Cortés.

En aquella época, existían en Calama muchas ganaderas, las que facilitaban sus novillos para el desarrollo del rodeo, y que aportaban en cada fiesta y celebridad patria o bien de la ciudad sus animales para realizar un rodeo.

"Recuerdo que Calama era otra, con más hectáreas de alfalfa, elemento vital para criar caballos, y que los ganaderos era muy generosos al facilitar sus animales para las actividades criollas, hubo en aquella época corrales con hasta 200 novillos. Hoy eso es distinto, porque debemos arrendar ejemplares, los que bordean entre los 100 mil pesos, y unos 140 mil si es en tiempo de Fiestas Patrias", reconoce el presidente del Club de Rodeo.

ADVERSIDAD

En 57 años de existencia, el Club de Rodeo de Calama ha mantenido una convivencia con la adversidad. Prueba de ello es que con el tiempo, desaparecieron paulatinamente los "ganaderos", y contar con animales aptos para el rodeo se hizo cada vez más complicado.

La desaparición del oasis también contribuyó negativamente a que dueños de caballos tuviesen más problemas para tener forraje y alimentar como corresponde a un animal para el rodeo.

"Esa tarea de mantener y criar caballos comenzó a hacerse más difícil, puesto que al desaparecer parte importante de las hectáreas que producían un alfalfa, muy bien ponderada por criadores, repercutiera negativamente, porque costaba mucho más el poder criar un animal, y la encarecía", agrega Jorge Cortés.

Y hubo más, porque tras décadas de autogestión y organización participativa, siempre como familia del rodeo, en el 2008 enfrentaron uno de los peores escenarios: la pérdida de la tradicional media luna, y que según Cortés fue un hecho que estuvo marcado por la irregularidad.

"El problema fue el antiguo callejón de acceso a la tradicional media luna. Nunca hubo claridad de si era o no privada. Y si lo era, existía un comodato por 90 años, que no se respetó, y que terminó trasladándonos al sector Parque Las Vegas, donde de a poco hemos ido levantando lo que esperamos sea nuestra nueva y definitiva casa", proyecta Cortés.

Y agrega: "fue un años especialmente duro para nuestro rodeo, porque no teníamos certeza de cómo íbamos a seguir funcionando. El segundo rodeo más antiguo de Chile al borde de la inactividad. Pero como ha siso una característica de nuestro temple, y de quienes forjaron esta tradición en Calama, supimos salir adelante, y hoy queremos proyectarnos y mantener el rodeo y asegurarnos de que no vamos a vivir una situación así nunca más", dice enfático el presidente del Club de Rodeo de Calama.

Hoy el Club de Rodeo cuenta con más de cien miembros activos. Además, tienen entre sus filas a 35 colleras y 70 caballos que son parte del patrimonio cultural y costumbrista que dan vida a esta actividad criolla en Calama, y que también goza de un especial prestigio en el circuito norte del país, y donde destacan por tener una organización seria, responsable, y que por años ostenta la formación de jinetes, y logros en cada participación donde son invitados a competir.

"Si bien nuestro Club de Rodeo no es precisamente profesional, sí tenemos un gran prestigio en el norte grande y chico de nuestro país. Hemos logrado ganarnos un sitial donde a base campeonatos y torneos, logramos posicionarnos muy bien en este lado del país, y siempre recibimos invitaciones, y también reconocimientos a la labor que como familia del rodeo calameño hemos logrado. Eso es sin duda algo muy especial para todos", dice orgulloso Cortés.

Tras los sucesos que marcaron al Club de Rodeo de Calama durante el año 2008, en el 2009 lograron un acuerdo con la Ilustre Municipalidad de Calama y recibieron el comodato del terreno donde actualmente realizan sus tradicionales actividades.

"Gracias al municipio hoy tenemos un terreno, y que ya todos conocen, y que está a comodato, y sin fecha de caducidad. Eso nos da tranquilidad para seguir trabajando con los nuestro y el desarrollo de la actividad costumbrista en Calama, porque el Rodeo no es del Club de Rodeo, es de Calama, de su gente. Si de algo nos sentimos orgullosos es que en esta, nuestra ciudad, haya rodeo y que en la sequedad de nuestra tierra minera también hacemos patria con el rodeo, y que está abierto no sólo a sus miembros, insisto, es de Calama y su gente", recalca Jorge Cortés.

A la espera de los días 18, 19 y 20, sumado al lo que organizarán para los rezagados el sábado 21, el Club de Rodeo cumplirá un nuevo año celebrando como a la familia que lo compone le gusta, y anunciaron que habrá carreras a la chilena, juegos criollos y sorpresas para los más pequeños. "La idea es que todos se sientan a gusto, y sepan que acá también lo pasamos bien con lo que nos hace únicos como nación, y que erróneamente se cree que es del sur. En el norte también celebramos rodeo, y tenemos huasos y que Calama es un oasis de chilenidad", reflexiona Cortés y que aprovecha la ocasión para invitar a los calameños a participar de sus actividades.

A días de un nuevo 18 de Septiembre, Calama y su Club de Rodeo se sienten orgullosos de celebrarlo en un ambiente "huaso" y tricolor, en la inmensidad del desierto.

Árbol estuvo a punto de caer sobre loína

calle ojo de opache. Vecinos del lugar habían advertido la peligrosidad.
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Parecía una tarde tranquila la que se vivía en la calle Ojo de Opache al llegar a Las Vegas. Sin embargo, el panorama cambió completamente a eso de las 16:30 horas, cuando producto del fuerte viento que se levantó en Calama, cayó un inmenso árbol, que según dijeron los vecinos del sector, tendría por lo menos 70 años de antigüedad.

El árbol de unos 10 metros de largo primero se movió bruscamente hacia su izquierda, donde impactó un portón, dañando unas calaminas, luego la fuerza del viento lo movió a la derecha y ahí se precipitó hacia la huella, cubriéndola de lado a lado.

Producto de aquello, por lo que la policía cortó el tránsito en la mencionada calle.

"Una señora alcanzó a bajarse a mitad de cuadra, si el colectivo que venía hubiese seguido avanzando, probablemente el problema podría haber pasado a mayores", manifestó Segundo Olmos, uno de los testigos de la caída, quien vive en el frontis donde sucedió el hecho.

Esta situación produjo que acudiera carabineros y bomberos al lugar, quienes apreciaron que por sólo milagro nadie resultó herido.

"Nosotros acudimos siempre a este tipo de situaciones y lo hacemos en forma preventiva, por si llegase a encontrarse alguien atrapado a algún bien material en riesgo de quedar inutilizado", argumentó el voluntario de la Cuarta Compañía de Bomberos de Calama, Rodolfo Caruz.

El bombero aclaró que en caso de que no se encuentre alguna persona o algún material en riesgo, pasa a ser una labor meramente observativa y de apoyo a la función de carabineros, pues manifestó que eran funcionarios municipales quienes debían retirar el tremendo árbol de la calle Ojo de Opache.

Hasta que este medio se retiró del lugar, a eso de las 18.00 horas, no había llegado aún el personal del municipio a efectuar la limpieza respectiva que permitiera habilitar nuevamente una arteria por donde transita locomoción colectiva y también particular.

"Desde hace muchos meses que venimos reclamando a la municipalidad por la peligrosidad de este árbol y no hemos obtenido respuestas satisfactorias por parte de la autoridad", dijo Segundo Olmos.

El drama mayor ahora es que hay otro árbol de similar tamaño a sólo metros del que se precipitó ayer y eso atemoriza a los vecinos.