Entre el 25 de diciembre y el 8 de enero, los bailes religiosos de Calama salen con sus coloridos atuendos a las calles para adorar al niño Jesús y venerar a la Virgen María con sus tradicionales coreografías.

Como es una costumbre de años, para finalizar las fiestas las diferentes agrupaciones se reúnen en la sede de otro grupo que será el anfitrión, mejor conocido como alférez.

En estos bailes participan miembros de la familia, los mayores de 35 años, y se llaman "achachos". Sin embargo, en esta fiesta también pueden participar los más pequeños de la familia.

"Si los papás lo quieren pueden hacer bailar a sus hijos desde el primer día de nacidos, ellos van en los brazos acompañando el baile".

Por ello es normal ver a niños desde 4 años participando con fe y devoción en esta actividad religiosa.

Estos bailes requieren de mucha dedicación y compromiso, por lo que normalmente es la familia completa la que participa.