Boom inmobiliario que sea para todos
Las ofertas de bienes inmuebles siguen estando restringidas para la clase media de la comunidad loína.
Los precios excesivos al compararlos con otras regiones del país, es un mal incentivo para que la clase media busque emigrar o instalar a sus familia más al sur.
Hay un auge inmobiliario en la ciudad que se aprecia con claridad, donde se levantan edificios y casas con precios que oscilan entre los 52 millones de pesos y hasta los 111 millones de pesos. Con estos valores, nadie que gane sueldos de menos de un millón y medio de pesos podría alcanzar a comprarse una viviendas de éstas.
De esta manera el boom inmobiliario en Calama, claramente está dirigido a un cierto segmento de la población, y sigue pendiente el desarrollo de proyectos para la clase media con sueldos entre 300 mil pesos y un millón 400 mil pesos de sueldo.
Calama tiene que seguir creciendo, pero estos valores son un duro golpe para un sector importante del país, que en la zona norte prácticamente tiene vetada la posibilidad de adquirir un bien inmueble.
Pero estimamos que el avance inmobiliario debiera permitir un mayor equilibrio entre la oferta y la demanda y dejar menos opciones a la especulación en arriendos y ventas de propiedades usadas.
De esta manera se podrá acceder a propiedades a un menor costo.
Con una mirada más urbanística, el desarrollo de nuevos proyectos inmobiliarios permitirá elevar los estándares de calidad de las viviendas y del entorno. De esta manera se podrían iniciar planes de renovación urbana con el fin de ir dando un rostros más moderno a sectores que no han sufrido ninguna remodelación, en años.
Otro factor a considerar en la construcción de edificios es contemplar adecuaciones en las vías urbanas de tal manera de permitir que la mayor congestión vehicular que se generará en estos lugares, no complique el normal desplazamiento vehicular.
En definitiva la comunidad loína espera que el boom inmobiliario que llega a Calama beneficie a todos y no sólo a unos pocos, principalmente a trabajadores ligados al sector minero.
Para ello se requieren políticas de Vivienda que apunten a la igualdad de oportunidades para todos los sectores y que la búsqueda de una mejor calidad de vida de cientos de familias se pueda hacer realidad con precios más justos.