Río Loa: La contaminación que lo consume día a díaContaminación de los ríos
El río más largo de Chile, El Loa, que recorre 440 kilómetros del Desierto de Atacama, para muchos el más árido del mundo, se convierte día a día en un basural.
El manejo incorrecto de los desechos, perjudica a casi todas las ciudades. La mayoría de los grandes ríos y lagos están contaminados por la basura domiciliaria, las aguas servidas y la actividad industrial o minera.
Los sitios más envenenados del territorio nacional son los que tradicionalmente han sido presa del exceso del hombre y están condicionados por tres actividades. Una de ellas es la contaminación producida por la minería, ejemplo patente de ello es Calama.
Son las 11:00 horas en la ciudad, e iniciamos un recorrido por el Río Loa. Atrás queda el ruido de Calama y un silencio largo, nos acompaña en esta aventura. En un desplazamiento por la ribera el panorama inmediatamente es deplorable.
No es mucho lo que se camina para darse cuenta del abandono del río. Un caudal por el que transitan neumáticos, botellas, cajas, bolsas y papeles, esos son los materiales que se han apoderado del lugar.
La triste realidad sigue en alza. No podían faltar en el recorrido aquellas personas que han tomado las orillas del caudal como su hogar. Ellos se cobijan en algunas frazadas acompañadas de cantidades considerables de basura. Instalados están con unas pocas pertenencias que han podido sacar de cualquier lugar. Un colchón, muebles, carros de bebés, basura en descomposición, escoltados por un escuadrón de aves. El hedor que genera y el foco infeccioso del sector, hace repensar la real situación que vive la ciudad. Todo lo anterior es la lista al azar de los elementos que conforman el paisaje actual.
Algunos de estos casos datan desde hace décadas y con ellos floreció la paradoja de que todavía no existen respuestas definitivas sobre el asunto ambiental. Lo peor es que se avizora que nunca se logrará eliminar la totalidad de la basura acopiada por décadas.
Respecto del manejo de los desechos, las opiniones son muy diversas, Andrea Vázquez, encargada de la Organización de Protección del Río Loa, comenta que se ha avanzado más lento de lo esperado. "Tenemos un tema importante que es el de la contaminación del río, es un tema preocupante porque esto generará daños a la salud de las personas, nosotros como organización presentamos a la municipalidad nuestra inquietud para que se realice una investigación con respecto al grado de contaminación que presenta el caudal y esperamos que las autoridades hagan algo porque el tema es urgente".
Mucha gente ha elegido esta clase de vertederos clandestinos para botar sus desperdicios. La basura ya se ha apoderado por completo del lugar, el panorama es similar en todas las direcciones, solo basta con elevar los ojos, respirar profundo y continuar el recorrido.
Los desperdicios de mayor tamaño van apareciendo, mientras más se adentra por el camino. Lo que se proyecta está lejos de ser esperanzador. La vegetación a menudo sucumbe ante este flagelo, pero a la gente que arroja sus desperdicios aquí, eso no le importa mucho. Asimismo ellos no respetan lugares públicos, ni viviendas privadas.
Es así como entre plantas secas, suelo con basura y vidrios, es imposible presenciar espacios destinados a la familia. El lugar carece de un área en donde se pueda acceder a compartir de un ambiente familiar y acogedor, solo al inicio del Parque El Loa, se puede encontrar un sitio más o menos amigable con la población. La escasez de áreas verdes nos deja bajo la presencia de un terreno triste y desolador.
Aun así, en horas de la tarde, muchas familias llegan a distintos sectores del río para refrescarse y divertirse de una forma más accesible para su bolsillo.
A este alto grado de contaminación, se suma la preocupante disminución del caudal del río.
La fuente de vida del desierto se encuentra en amenazas constantes por intereses económicos. La principal causa de disminución del caudal del río Loa se ha visto acrecentada por la extracción del tipo antrópica, ya que alimenta con su agua a todos los procesos industriales de la minería moderna.
"El hombre junto con la minería y su interés por la explotación minera- industrial va a seguir deteriorando las aguas del Río Loa. Existe un proceso natural producto de la evolución de la Tierra, acá hay un proceso biológico que se inicia hace millones de años. Antes teníamos pequeños bosques en lo que es el actual Desierto de Atacama y eso a través de miles de años ha ido modificándose por cambios climáticos de la misma naturaleza, entonces ha habido una disminución de caudales producto de la disminución de las lluvias, sin embargo en el último tiempo esta situación ha ido en aumento debido a la extracción de tipo humana, el hombre con la minería y su interés por la explotación minero -industrial va continuar con el agotamiento de las aguas del Río Loa", declaró el historiador Osvaldo Rojas.
Hoy, la gestión sustentable de los recursos hídricos nacionales es un tema cada día más candente. Los conocedores del desierto por generaciones, se encuentran en constante alerta por la preocupante situación del Río Loa.
En la actualidad, la Municipalidad de Calama se encuentra a cargo de un estudio sobre la contaminación del agua a partir de filtraciones que se han detectado en el tranque Talabre. Y ese tranque es donde Codelco acumula los desperdicios industriales.
Cuando se realizó este tranque en la década de los 80' no existía normativa ambiental por tanto, las condiciones de protección no son las mismas de ahora, informan desde la Municipalidad.
La situación encadena todo un problema, ya que las aguas contaminadas del Río Loa son usadas para el regadío, lo cual podrá generar serias consecuencias producto de irresponsabilidades.
"El hombre con la minería y su interés por la explotación minero industrial va a seguir deteriorando las aguas del Río Loa".
Osvaldo Rojas
Historiador
La contaminación de los ríos es una problemática más antigua que la contaminación ambiental, pero que con el aumento de la población de las ciudades que han nacido a las orillas de los mismos, el volumen de desperdicios tanto orgánicos, como químicos, se incrementó de manera tal que las aguas del mismo se ven afectadas de tal forma que su composición deja de ser natural. Afectando tanto a la fauna y flora que se alimenta como a los humanos que la beben.