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Falta de agua crea serios trastornos en poblacionesPúblico no aprovecha la Biblioteca Municipal Limitados efectos en sobreconsumo de agua

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La aguda escasez de agua potable crea verdaderos trastornos en las poblaciones periféricas de Calama. El problema que creó una aguda crisis en el sector céntrico fue mitigado gracias a un estudio que hizo el Sernasa con la DOS y el Depto. de Agua del FF.CC. donde se establecieron horarios de entrega de agua en la ciudad.

"42 mil 516 lectores tuvo la Biblioteca Municipal y 37.043 libros fueron consultados cifras que revelan un año bastante positivo dentro del año pasado", señaló Isabel Bahamondes Astudillo, bibliotecaria jefa de ese recinto. Agregó que Calama no revela mucho gusto por la lectura y que ha poca costumbre por ocupar los textos disponibles.

La tarifa de sobreconsumo que aplica la Empresa de Servicios Sanitarios de Antofagasta (Essan) afecta a un porcentaje mínimo de la población que sobrepasa los 30 metros cúbicos en su consumo mensual. Así lo explicó el subgerente de la empresa Ubaldo Argüelles Toro quien dijo que el año pasado no superó el cinco por ciento.

Robos sin control agobia a ciudadanos

El refuerzo de la prevención y una mayor vigilancia puede ser un camino exitoso para frenar los delitos violentos.

La inversión en seguridad como alarmas, botones de pánicos, rejas o empresas de monitoreo no parecen estar dando los resultados que la comunidad espera.

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Todos los días numerosas familias son víctimas del robo en sus viviendas o de su automóvil. Bandas especializadas se dedican al robo de cajeros automáticos, otros grupos se dedican al robo de información digital para desmantelar cuentas o tarjetas bancarias.

En definitiva, la comunidad está agobiada de que constantemente le roben sus bienes, que intimiden su propiedad, y lamentablemente no se ven soluciones hasta la fecha.

Por el contrario, los delitos de robos y sobre todo robo con violencia han aumentado. Los robos violentos subieron un 11 por ciento en el primer semestre del año pasado.

En su constante trabajo de enfrentar a la delincuencia y prevenirla, Carabineros de Calama encontró en un sólo día, cinco vehículos robados. Uno ya desmantelado y otros cuatro que presuntamente fueron utilizados para cometer otros delitos.

Hay que considerar que para muchas familias estos robos significan perder bienes de gran valor y que en la mayoría de los casos han significado un gran esfuerzo para poder obtenerlos.

Ahora en verano, los robos en viviendas deshabitadas por vacaciones siguen creciendo en todo el país y la población junto con sentirse agobiada por estos hechos, muestra impotencia de no poder capturar a los delincuentes o si son atrapados rápidamente salen libres para volver a las mismas andanzas.

En muchos casos los afectados ya ni siquiera acuden a realizar las denuncias, porque ven que es una pérdida de tiempo y que no habrá resultados. Los casos de robos, casi nunca son aclarados, desde el punto de vista de ubicar a los autores.

También se ha ido masificando el robo a menores de edad, principalmente en la época escolar.

Entonces, junto con leyes que sanciones con más dureza los robos, se requieren medidas preventivas y quizás masificar el uso de cámaras de vigilancia por toda la ciudad y de esta manera dar con los autores. Prevención y más vigilancia pueden dar resultados mejores que salir a buscar a los ladrones.

Una política habitacional para Calama

Terrenos hay, sólo falta destinarlos de manera planificada para cumplir el sueño de miles de familias loínas.

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Para nadie es un misterio la problemática que vive Calama respecto al tema habitacional. Lo peor es que año a año crece y afecta de manera directa a muchas familias de clase media y baja que quieren acceder a la casa propia, pero que se encuentran con un portazo en la cara al momento de buscar una solución definitiva, llevándolos algunas veces a tomar medidas drásticas en razón a que sus demandas y necesidades no se ven cumplidas por las desactualizadas políticas habitacionales existentes o, simplemente, por la falta de voluntad de las autoridades de turno en resolver un tema de bien común.

Un ejemplo claro de ellos es el alto valor que cobra Bienes Nacionales por los terrenos en donde se podrían levantar viviendas, que lleva a los empresarios inmobiliarios a desistir muchas veces en su compra. O si lo hacen, necesariamente traspasan ese gran costo al nuevo propietario, quien muchas veces no tienen el suficiente ahorro para acceder a ese tipo de viviendas, causando una frustración enorme al no ver cumplido su sueño. O sea, también tiene un efecto social enorme que muchas veces tampoco es considerado.

Lo peor es que teniendo un subsidio o los recursos económicos, conseguidos a través del MINVU, las instituciones financieras e incluso Cajas de Compensación, tampoco pueden acceder a una vivienda pues la oferta es limitada o simplemente no existe en nuestra ciudad para las personas clase media o baja. Lo paradójico es que habiendo miles de metros cuadrados a nuestro alrededor, que perfectamente pueden ser usados, no se hace; perdiéndose la ciudad una clara oportunidad de seguir desarrollándose y de la mano de sus habitantes.

He aquí donde el Plano Regulador entra a jugar un papel fundamental, pues una adecuada planificación territorial puede ayudar mucho a detectar esos terrenos que hoy simplemente descansan en la soledad y el abandono, sin prestar ningún tipo de beneficios.

En resumen, la demanda y necesidad habitacional está, los interesados y sus ahorros también. Sólo faltaría una voluntad política y las alianzas necesarias para acordar una política aterrizada de precio de los suelos fiscales acorde a la realidad regional o local.