En Chile y Perú existe completa tranquilidad a las puertas de conocerse un fallo histórico sobre su límite marítimo.
Hay 38 mil kilómetros cuadrados de mar en juego, pero las conexiones que existen entre ambos países son más fuertes como para crear un conflicto.
Diversos pasos estratégicos han dado los países de Chile y Perú en la previa al fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, sobre la controversia del límite marítimo entre ambos países y cuyo fallo se conocerá mañana.
Pero junto con ser movidas propias de un tablero de ajedrez, se ha generado una exagerada expectativa frente a los resultados de este fallo, como si fuera la previa de una guerra o del rompimiento de relaciones entre ambos países.
Algo nada más alejado de la realidad. Primero porque ambos países, principalmente en la zona norte de nuestro país con el sur de ellos, hay una estrecho intercambio comercial, hay un alto flujo de visitantes hacia ambos lados que en la práctica es lo que da vida a ambos sectores.
Segundo, porque no hay ningún ánimo ni en el Gobierno ni en la población de ambos países, por desconocer el fallo o de prepararse para algo diferente a acatar y cumplir la resolución.
Tercero, porque cualquier otra decisión errada, los únicos perjudicados serían ambos países y principalmente las zonas extremas que dependen unos de otros.
En cuanto a las estrategias para generar un marco de unidad al interior de cada país, ambos países han mandado a representantes del gobierno a la zona limítrofe (Arica y Tacna); ambos reunieron al Consejo de Seguridad Nacional para analizar la situación; ambos países reunieron a los exmandatarios y también a los líderes políticos.
De esta manera hay un consenso de que el mejor camino es acatar el fallo y dar por cerrados los temas limítrofes pendientes entre ambos países.
En tanto, la población limítrofe de ambos países ha continuado con su vida normal y no hay indicios de represalias o acciones antichilenas o antiperuanas que pongan en riesgo la tranquilidad y seguridad.
El llamado es a mantener la tranquilidad, a esperar el fallo, a analizar los efectos y continuar en la senda del crecimiento y desarrollo que buscan ambas naciones, estrechando lazos comerciales, de hermandad y apoyo.