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De ganadores y vencidos: El poder de los argumentos

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Doc. en Ciencias Políticas y Estudios Internacionales

Desde una interpretación más contemporánea de las Relaciones Internacionales, un filósofo alemán, Jürgen Habermas, a través de su Teoría de la Acción Comunicativa, señala que el mejor argumento siempre gana en todos los actos discursivos. El conflicto Chile - Perú fue, sin duda, una serie de actos comunicativos que dieron cuenta de dos países, con dos mentalidades distintas, con dos psicologías diferentes de naciones-Estado, que tuvieron dos opiniones diversas y que, frente a ello, trataron de ajustar la interpretación de las leyes internacionales (tratados) en función de lo que cada uno creyó como verdad. La posición de Chile fue de rechazo a la demanda, afirmándose que los tratados de 1952 y 1954 fijaron la frontera marítima entre los dos países. En cambio, para Perú esas normativas sólo regularon cuestiones relativas a la pesca, pero no marcaron un límite marítimo propiamente tal. Pero, ¿quién ganó definitivamente luego del fallo de la Corte Internacional de Justicia en La Haya?,

Perú armó una estrategia discursiva inteligente, en un 'timing' adecuado y arguyendo a intenciones de poner, en la agenda de ambas cancillerías y con un ribete más bibliográfico que empírico, la problemática de la demarcación marítima. Por su parte, Chile sistematizó sus argumentos sobre la base de cinco pilares fundamentales: el análisis histórico de los tratados y normativas de 1929, 1947, 1952 y 1954; los temas de biodiversidad y el ejercicio de la actividad pesquera; las amenazas latentes como la presencia de flotas extranjeras no autorizadas; la búsqueda de un corredor para Bolivia como indicio de demarcación limítrofe; y aspectos más contemporáneos del ejercicio del lenguaje a través de acuerdos, reuniones y acciones.

La realidad le dio la razón a una y otra táctica discursiva. En definitiva, la decisión contuvo la materialización de 'estrategias diplomáticas integrativas