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Parque Periurbano, marca el sendero

Cuando empresa y comunidad conjugan sus metas podemos lograr mucho más como ciudad.

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La colocación de la primera piedra del Parque Periurbano, marca un hito en el desarrollo de la ciudad y muestra un camino donde empresa y comunidad armonizan sus expectativas. El Parque Periurbano es uno de los proyectos relevantes de la agenda de desarrollo sustentable del Calama Plus. No obstante, su valor agregado reside en su gestación y cómo el proyecto se fue configurando en el tiempo.

La construcción de la etapa que se inicia hoy, está asociada a la División Ministro Hales y es la resultante del compromiso con los vecinos de la Tucnar Huasi.

Un proceso no exento de las dificultades naturales del ajuste de confianzas entre la división más joven de Codelco y su entorno comunitario inmediato, pero con un final saludable para los vecinos que con fundadas expectativas, ven el nacimiento de un sólido parque, con especies nativas, juegos para los niños, kioscos y amplios espacios para la recreación.

En tanto, para Ministro Hales cabe la satisfacción de haber llegado a buen puerto con sus vecinos y, lo más importante, dar muestra cabal de su política de responsabilidad social empresarial.

Nada más ajeno a querer ponerme la camiseta de la DMH., pero convengamos que de algún modo, todos podemos sacar lección de esta experiencia y su proceso participativo, reafirmando una premisa: cuánto podemos lograr como ciudad, cuando empresa y comunidad conjugan sus metas. Convengamos también que, desde que Calama Plus echó raíces, todas las empresas, miembros del consorcio, han asumido un rol protagónico, comprometiendo recursos en distintos ámbitos para sumar a una mejor ciudad.

No obstante, el Parque Periurbano ilustra de buena manera que empresa y comunidad pueden coexistir. Que, cuando hay voluntad, trabajo, participación y responsabilidad mutua, los documentos que se firman se traducen en hechos y no quedan sólo en buenas intenciones.

Atendamos también que el hacer ciudad lleva implícito un proceso comunicativo, informativo, de alentar la discusión constructiva en la comunidad y en tal sentido es meritorio el aporte de El Mercurio de Calama, a cuyo equipo, aprovecho de expresar mi reconocimiento en su 46° aniversario.

Responder por las roturas de pavimento

Se ha hecho común que particulares y empresas rompan las calzadas y después nadie asume la reparación.

Una mayor fiscalización y normativas claras permitirán regular el problema de rotura de carpetas asfálticas, que genera un grave daño a las calzadas de la ciudad.

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Hubo un tiempo en que muchas calles no se pavimentaban en Calama porque no estaban hechas las redes de alcantarillado y agua potable. Hoy esto fue solucionado, y las calles se pavimentaron, pero constantemente se están rompiendo las arterias para realizar arreglos y reparaciones.

Esto parece demasiado arcaico y debieran buscarse técnicas más modernas para no estar eternamente rompiendo el asfalto de nuestras calles.

Además en el norte no tenemos las mejores calzadas ni veredas, las reparaciones de los parches siempre quedan con desniveles y pasan semanas para que los autores del forado vuelvan a pavimentar.

Entonces, claramente faltan ordenanzas al respecto y es precisamente lo que quiere regular la Municipalidad de Calama, con el fin de poner atajo a roturas ilegales o irregulares donde nadie responde por la calzada o veredas rotas.

El municipio con recursos estatales, invierte mucho dinero en reparar calles y arreglar aquellas que han cumplido su vida útil.

Debiera existir una coordinación entre el Serviu, el Municipio y empresas de servicios como Aguas de Antofagasta, con el fin de que cualquier intervención de redes bajo tierra que obligadamente debe intervenir calzadas y veredas, se pague anticipadamente la reparación e incluya una posterior fiscalización.

De esta manera iremos poniendo fin a esta mala costumbre de pavimentar una calzada y romperla a los pocos días.

Quizás otro aspecto importante antes de pavimentar una calle, debiera ser revisar las conexiones de agua y mejorarlas antes de iniciar los trabajos.

Creemos que con voluntad y coordinación es posible corregir este problema que es endémico de Calama y no perjudicarnos nosotros mismos con calles todas despedazadas y llenas de baches.

En la medida que exista un protocolo para el rompimiento de carpetas asfálticas, habrá una regulación del problema, conductores y peatones no pagarán las consecuencias y la ciudad marchará mejor.