Illanes y los zombies de la transición
Un cinéfilo que atiende un típico video club de los años noventa comienza a vivir su propia película de zombies. De un momento a otro, entre películas de Tarkovsky y deudas por atraso, un extraño mal empieza a cundir por Ñuñoa.
Eso es "Videoclub", la nueva cinta de terror que el guionista de televisión y director de cine chileno, Pablo Illanes, acaba de estrenar en el país, luego de conseguir en diciembre del año pasado el premio Ventana Sur en el Festival de cine de Mar del Plata. La película toma todos los elementos de las historias de muertos vivientes clásicas. Al drama del fin del mundo en clave gore, se suma un amor imposible, un chico virgen que se enamora y "el destape" en plena transición a la democracia post dictadura.
Illanes escribió este guión en EE.UU. y se inspiró en las películas que hacía cuando era adolescente y en las miles de horas que pasó alimentándose de imágenes de buena y mala crítica. "Yo, como Miguel el protagonista, también trabajé en un video club y vi cuatro películas al día", dijo. El afán de Illanes al mostrar guatones sanguinolentos y colegialas en putrefacción fue "revelar los males de la sociedad a través del miedo". Eso sí: su miedo da risa.
- ¿Cuántas películas de zombie tienes en el cuerpo? ¿Cuáles?
- Incontables. Primero, la trilogía de los muertos de George Romero, en particular "Dawn of the dead", que es un clásico de clásicos. Por supuesto que los italianos, en particular "The city of the living dead" (que aparece en Videoclub) y una pequeña joyita española llamada "No profanar el sueño de los muertos", de Leon Klimovsky. De las últimas me gusta "Shaun of the dead" y "28 días después".
- ¿Cómo era el video club en el que trabajabas?
- Muy chico. Quedaba en Santa Rosa casi al llegar a la Alameda y tenía que recomendarle películas a los clientes escribiendo unos comentarios que pegaban al VHS. Duré dos semanas.
- ¿Cómo era la película "Víctimas de la locura" que hiciste a los 17?
- Era un experimento inspirado principalmente por "Terciopelo azul", de David Lynch, que a muchos nos cambió la vida. Era la historia de David (Jorge Hernández), un poeta drogadicto que es testigo de un crimen y se vuelve loco, al punto de cometer asesinatos, siempre al ritmo de algún tema de Depeche Mode. Hicimos otras películas caseras con mis amigos y siempre la música era de Depeche Mode.
- ¿Por qué un cura, un gordo zombie, unas colegialas, un punky drogadicto?
- Quería establecer un mundo absurdo, de barrio, de gente común y corriente que se enfrenta a lo extraordinario. De a poco salieron los personajes y siempre traté de escapar del arquetipo. O sea, que el antagonista (Kurt, en este caso) no fuera el clásico villano, sino que representara algo más (la movida punk o ese lado más oscuro y existencialista que tenía la época).
-¿Por qué Ñuñoa? ¿Por qué un video club para el pueblo?
- Originalmente mi videoclub de barrio estaba en Macul, mi comuna. La idea era no armar un video club de cadena (como Errol's, en su tiempo o Blockbuster, después) sino un local casero, atendido de manera informal, pero sin perder sus características de "club", con miembros y fichas y número de socio.
- Esa clase media de los noventa que muestras ¿Por qué le tendría miedo a la transición? ¿Por qué tanta fe en la fe?
-Yo crecí en una familia de clase media como la de la película. Conozco los miedos de esa clase media y pude palparlos durante la transición. La fe es un ingrediente que no podía evitar si quería hablar de apocalipsis desde varios lugares.
- ¿Qué terror enfatiza tu apocalipsis zombie?
- El miedo a la enfermedad creo que a todos nos conmueve. También la idea del final es importante para todas las generaciones.
- Con "True Blood" y "The walking Dead" revivió el género. ¿Es que los zombis nunca mueren?
- Creo que nunca han muerto. Y como todos los íconos del cine de horror son parte de nuestra historia.
- ¿Podría ir un abuelito a ver tu película? ¿La entendería?
- Absolutamente. Creo que no sólo la entendería, le gustaría y la sentiría como propia. "Videoclub" es una película bastante transversal.
- ¿Cómo se puede saber que un zombie es un zombie?
- Si es un zombie y le preguntas cómo se llama puede que te responda con un golpe o un mordisco.