Participación e identidad
"La prostitución que ayer recorrió la pampa es la que hoy se asienta en todo el sector centro de la ciudad".
La participación ciudadana es más que una moda o un avance evolutivo de nuestra sociedad, es volver a lo ancestral, es en esencia ser comunidad y resolver en conjunto las necesidades en base a las prioridades más urgentes. Lamentablemente, como está de moda, tal como la Responsabilidad Social o Valor Compartido, todos dicen aplicarla. Sin embargo, ello se ha transformado en un procedimiento y no en un proceso. Organismos públicos, instituciones y empresas llenan listas de asistencia, realizan seminarios, estudios, diagnósticos y vuelta a empezar.
Resulta que siguen descubriendo los mismos problemas que teníamos en los años 20 ó 50, la sobrepoblación producto de la crisis del salitre o la explotación del cobre, el déficit de viviendas asociado a ello, el alto costo de los alimentos, la falta de espacios públicos y áreas verdes, las problemáticas de transporte.
El hacinamiento que vivieron los pampinos con la caída del salitre en los años 30, es la que viven hoy los extranjeros que vienen en busca del sustento y los sureños que trabajan para pequeños contratistas.
Riqueza y miseria, como caras de una misma moneda, la falta de planificación consensuada en comunidad, la falta de coraje para solucionar los problemas que nos aquejan. En tanto, como quien toma aspirinas, seguimos firmando listas de asistencia y escuchando a especialistas foráneos relatar el diagnóstico de nuestra situación.
De seguro, que una mesa redonda con nuestros exalcaldes, exintendentes, exgobernadores, en conjunto con los dirigentes sociales actuales nos entregaría una propuesta de planificación más cercana, que nos identificara y nos llamara a sumar esfuerzos en pos del bien común consensuado.
Es el ciudadano que habita nuestra ciudad el llamado a participar, es en su quehacer cotidiano en donde certeramente están afloran las prioridades. Es cierto que falta participación, pero no es menos cierto que falta valorar al ciudadano, para que sume su experiencia y sus ganas a un proyecto en el que esté verdaderamente integrado.
Es en la valoración de su experiencia de vida en esta tierra, en donde trabaja día a día, se transporta, sustenta a una familia, educa a sus hijos, ciertamente es su voz que se encuentran las prioridades.
Periodista y magíster Ciencias Sociales