El día de ayer, nos informamos del grave problema al que se enfrentará la comuna de Calama, esta vez respecto al reavalúo de los bienes raíces que superen los $20.086.000, para efectos del pago del impuesto territorial.

La situación es preocupante para nuestra ciudad, pues el reavalúo considera la plusvalía de los terrenos donde están emplazadas las propiedades, y en la Región de Antofagasta, debido al elevado PIB regional, los precios de los terrenos tienden siempre al alza, especulando que todos quienes desarrollan una actividad económica en la zona, lo hacen dentro del rubro de la minería, y ello no es así.

Por tanto, el aumento de las contribuciones en nuestra zona, está dentro de los más altos que se verificarán dentro del proceso llevado a cabo por el SII, lo que sumado a otras variantes, como el déficit habitacional y la falta de subsidios de viviendas, hacen muy difícil, por no decir imposible, el uso o adquisición de propiedades para quienes residen en la provincia de El Loa.

Esta problemática coloca nuevamente en el tapete la falta de consideración de la administración central con las regiones, y la necesidad que mantiene nuestra provincia, de poder contar con recursos adicionales y permanentes para solventar el altísimo nivel de vida que exige la zona.

Para aminorar el efecto del elevado valor de los terrenos, como parlamentario me encuentro en estudio de dos alternativas que permitan avanzar en soluciones más justas.

La primera de ellas dice relación con la presentación de un proyecto de acuerdo que solicite a la administración central una revisión del proceso de re avalúo, considerando las características particulares de cada región. La segunda, es la redacción y presentación de un proyecto de ley que autorice al Ministerio de Bienes Nacionales, a vender a precio fiscal los terrenos que sean adquiridos por el SERVIU para la construcción de viviendas sociales, ello relacionado asimismo con el alto valor de los terrenos y como una forma de reducir los índices de déficit habitacional en la zona.

Siempre me he preocupado por las necesidades de vivienda en nuestra ciudad y las alternativas mencionadas, que serán presentadas en marzo próximo, una vez asumido el Gobierno de la Presidenta Bachelet, son muestra de ello.

La fuga de talentos o figuras promisorias en Cobreloa es una situación que desgraciadamente se viene repitiendo y que atenta directamente contra el patrimonio del club. Ya son varios los elementos, partiendo por Alexis Sánchez, que se alejan de la institución sin que ésta reciba lo que corresponde, y pone en duda las políticas al respecto y las capacidades de los directivos para afrontar casos de esta índole.

No hace mucho se comprobó que es preciso moverse con cuidado en el ambiente futbolístico, porque los cazatalentos, representantes acreditados y de los otros son asiduas visitas a las instalaciones naranjas. Se acercan a los jóvenes valores, conversan con sus padres y ofrecen dinero y proyección a cambio de la representatividad del jugador.

Con ella pueden negociar en lo inmediato con el club y con otros si es necesario.

Por este motivo, el año pasado a un grupo de figuras jóvenes se les contrató bajo las modalidades que define la ley y hoy son parte del patrimonio del club. Algunos de ellos fueron integrados al primer equipo y han ingresado en los partidos de la Primera A, devolviendo la confianza entregada.

Sin duda, una correcta decisión, pero que no se condice con lo expuesto en nuestra páginas de ayer, donde el menor de grandes condiciones, Nicolás Vargas, abandonó el club porque no hubo recursos para pagarle un colegio, como lo solicitaron sus padres. Así de simple.

El padre se sorprendió ante la negativa, pero más aún cuando le dijeron que si no estaba conforme podría ubicar a su hijo en otro club. Situación que no le resultó difícil porque a las horas tenía a las dos universidades ofreciendo lo solicitado y más.

El muchacho optó por la Universidad de Chile y empezará a trabajar en el Centro Deportivo Azul, donde también tiene las facilidades para estudiar.

La versión detallada del club aún no es pública, pero se basa en que no puede entregar beneficios a algunos menores y a otros no, demostrando claramente no saber aplicar una discriminación positiva y que sirva de ejemplo a otros chicos. Y así los casos se repiten en una cantera muy prolífica, pero poco aprovechada.